¿Cuál es el mejor regalo?

¿De qué sirve un regalo si no hacemos nada con un mayor sentido por esa persona?

 Es tonto creer que el regalo está dentro del paquete, siempre, siempre, siempre, son las manos que lo entregan.”

“Generación 2015” es un movimiento que busca crear conciencia y valores a los jóvenes a través de acciones multimedia. El año pasado realizaron un experimento, que se ha visto difundido recientemente en las redes sociales. Este video consiste en una entrevista realizada a 27 jóvenes españoles “millennials” (Jóvenes nacidos entre 1981-1995). La primer pregunta de la entrevista consiste en identificar quiénes son las personas más importantes y valiosas en su vida. A continuación, los participantes responden a la pregunta ¿Qué les vas a regalar para Navidad?. Los jóvenes enumeran todo tipo de aparatos electrónicos, drones, móviles, libros o discos. Los regalos se vuelven más caros en caso de que les tocara la Lotería: un chalet en la playa, un viaje alrededor del mundo o una moto. Pero al llegar a la última pregunta, todo cambia: ¿Qué les regalarías si supieras que es su última Navidad? En ese momento, los regalos materiales quedan en último lugar.

Al finalizar el video, aseguran que todas las personas cambiaron su regalo. Y es que el mejor regalo que podemos dar a los que amamos es: nuestro tiempo. Algo sucede en la sociedad de ahora, que solemos vivir envueltos en un consumismos excesivo. Vemos repletas las tiendas por la Venta Nocturna en Liverpool, el Cyber Monday, Black Friday, Buen fin, 2×1 de regalos en Heb, y ya incluso pedimos los regalos por Amazon y por otras tiendas en línea. Y no puedo evitar pensar… Queremos dar el mejor regalo material a nuestros padres, pero hemos dejado de visitarles. Queremos comprarle algo a la abuela, cuando no hemos podido dedicarle una mañana de café. Queremos llevarle un detalle a la comadre, cuando hace meses que no sabemos qué es de su vida.

Queremos ir a cenar con la familia en Navidad, pero sólo vamos cuando necesitamos su apoyo o no tenemos otra cosa que hacer. ¿De qué sirve un regalo si no hacemos nada con un mayor sentido por esa persona? ¿Por qué creemos que al comprarle o darle algo de gran valor, suplimos nuestro compromiso o sanamos los pendientes en esa relación? ¿De qué me he dejado de hacer cargo o con quién me he relajado de más? ¿Porqué creo que llenando de regalos a nuestros hijos, tapamos las heridas que les hemos causado con nuestras faltas? Jamás un regalo sanará una herida. Una herida es sanada por un abrazo, por una palabra de amor, por un gesto generoso, por una intención genuina hacia esa persona. No importa si el regalo fue caro o fue comprado en descuento, no importa si es de marca o si es traído desde Japón. Importa el detalle que eso representa, la intención, el amor puesto en él. Recuerda que un regalo material jamás hará eco en el corazón. Esta Navidad decide dar más de ti.

Da una carta, da un postre hecho por ti, da algo con cariño, da tu tiempo. Y si deseas dar ese regalo material, que éste vaya acompañado de algo de ti. Jamás un regalo material se comparará con una mirada consciente a los ojos, tiempo de calidad, con una buena escucha, con un interés genuino en un día común, con ese postre favorito en un día cualquiera, con esa llamada desinteresada. Ese es el regalo más grande, ese que cuesta desprendernos de nosotros, de nuestro tiempo, para amar al otro. Ese regalo, edifica, nutre, compone, y llena de gozo (Ese gozo que no se esfuma) a quién lo da y a quién lo recibe. LA AUTORA Mamá, esposa, terapeuta y coach Internacional por la Escuela Internacional de Coaching en España y en New York University, Certificada en Superar pérdidas emocionales por The Grief Recovery Institute. Experta en Comunicación asertiva.

Marijose César

Mamá, esposa, terapeuta y coach Internacional por la Escuela Internacional de Coaching en España y en New York University, Certificada en Superar pérdidas emocionales por The Grief Recovery Institute. Experta en Comunicación asertiva.