Estimad@ candidat@:

En vísperas del arranque oficial de las campañas electorales, todos los candidatos buscarán mostrar la mejor versión de su imagen, pero ¿acaso entienden de lo que se trata? 

A mis 10 años de experiencia he visto que todos los políticos se ven más o menos iguales: saco, pantalón de vestir, camisa de manga larga y zapatos formales. Sin entender porqué, se esmeran en mostrar una imagen limpia, que transmita formalidad, confianza, éxito y liderazgo. Al menos eso es lo que intentan, sin embargo, la imagen integral es el doctorado de una imagen exitosa, no basta con que vistan los mejores trajes, zapatos y cintos de marca mientras no entiendan la profundidad de la imagen integral.

Existen candidatos que tienen un poco más de experiencia en el tema de cuidar su atuendo. Siguen consejos de moda para escoger los cortes de ropa más favorecedores, los colores que les sienten mejor y, en general, lucir más formales. Pero ningún sentido de moda, por refinado que sea, se compara con la armonía que proyecta una imagen integral. Es decir, la imagen no se compone solamente del reflejo sobre el espejo, ni de una sonrisa espectacular, sino que abarca cuatro factores que en mi experiencia son clave para el éxito: pensar, hablar, actuar y vestir de manera congruente. El mejor ejemplo de congruencia y de imagen integral se compone de dos palabras: Barack Obama. 

Entonces, cuando no hay congruencia entre lo que se piensa, se dice, se actúa y se viste el fracaso será inevitable. En otras palabras, un candidato que se prepara tiene que arreglarse por fuera pero también por dentro; vigilar su expresión oral y corporal, sus ideas, gestos, sus conversaciones internas, sus miedos y, sobre todo, sus valores. Por lo tanto, la asesoría en imagen integral es un trabajo mutuo entre el asesor y el candidato. Desde luego, la honestidad (o la falta de esta), las virtudes (y los vicios) se notan. De ahí que, la asesoría en imagen integral sea la clave para hacer más sólidas las fortalezas y disimular las debilidades, mientras se van corrigiendo. 

Ahora, viendo esto desde otro punto la imagen del candidato es solamente una rebanada del pastel, ya que existen otras áreas que son esenciales en una campaña. Ya no es suficiente una imagen bonita pero hueca; una imagen que sea solo eso, el reflejo de algo externo. Y nunca olvidemos que los ciudadanos votarán por quien ofrezca las soluciones que ellos buscan, no las problemáticas que el candidato quiera arreglar… y que gane el congruente. 

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Clara Villarreal

Consultora de imagen personal, etiqueta empresarial y protocolo Institucional y organizacional.