Frutos y poemas de temporada

El verano con todo su poder flamígero, reta en ciertas ciudades y poblaciones con más de 40 grados a la sombra

La leche, contra lo que puedan pensar los Millennials, no viene ni nace en Walmart o en HEB, no; aunque eso diga Google maps. No, jóvenes atados a su celular, la leche, la buena leche (la llamada “bronca”, la cual obliga a la nata, con lo cual se cocinan unos deliciosos tacos de nata) procede de una vaca. De sus grandes tetas que alimentan a la humanidad con sus productos. Hemos perdido, para nuestra desgracia, el placer, encuentro, búsqueda y matrimonio con la naturaleza. En todas sus manifestaciones y estamentos. Ya sólo quedan resabios de todo esto.

Decía con sorna e ironía el gran Jorge Luis Borges lo siguiente con respecto a su Argentina, lo cual es común a toda América Latina: de la enseñanza del latín y griego en las escuelas y universidades, se pasó a la enseñanza del inglés. Luego se pasó a la ignorancia. Esto y no otra cosa es lo de hoy con la vida y los jóvenes los cuales nos rodean y acechan con sus celulares “inteligentes”. De la cosecha del chile en Ramos Arizpe, de las grandes huertas de manzana en Arteaga y de sus famosos jardines atiborrados de membrillos en Saltillo, se ha pasado a la tierra yerma. Luego, al asfalto. Hoy, al hacinamiento, a las colmenas de obreros.

En fin, cosa más de sociedad y estructuras socioeconómicas que de gastronomía, pero todo tiene que ver con todo. Ha llegado el verano con todo su poder flamígero, retando acusador en ciertas ciudades y poblaciones con más de 40 grados a la sombra. Bajo un sol jurado y preñado de espanto, ya no hay dónde quitarnos tanto y tanto sol. No hay una higuera salvadora, como en tiempos bíblicos (recuerde usted que Jesús se dirige a Natanael en estos términos “Te he visto cuando estabas bajo la higuera” Juan 1:49), donde guarecernos del infausto calor.

En estos tiempos de falsa modernidad por Internet, el ver los signos de la naturaleza y los tiempos por parte de quien esto escribe, debe de sonar a literatura de cavernas. No lo es. Lo voy a probar en esta apretada columna donde hablo de frutas de temporada para mitigar eso llamado sed, ese golpe de calor el cual a todos llega y enloquece. “¿Dónde está la granada/ cuya semilla soy yo?// ¿Y dónde el melón/ del que soy rebanada?” Pregunta en un texto el poeta polaco Jaroslaw Iwaszkiewicz (1894-1980). El poeta se asume parte de la naturaleza, su semilla y su fruto (melón, en este caso) y del cual, le cortan un pedazo, una generosa rebanada para el disfrute de los sentidos.

El poeta por antonomasia de América, Pablo Neruda, supo convocar y enamorar a la madre naturaleza en sus versos. Le cantó lo mismo al tomate que a la manzana. En “Oda al tomate”, muestra todo su poderío, su frescor en días de sol y brisa caliente en el desierto coahuilense. Deletrea: “La calle/ se llenó de tomates,/ mediodía,/ verano,/ la luz/ se parte/ en dos/ mitades/ de tomate,/ corre/ por las calles/ el jugo.” El maestro de verbo ardiente, Pablo Neruda, dice del tomate, tiene “luz propia.” Le creemos. Neruda en “Odas elementales”, escribe: “A ti, manzana,/ quiero/ celebrarte/ llenándome/ con tu nombre/ la boca, comiéndote…” Si acaso la manzana fue el pecado original y por ello nos hicimos mortales, en lugar de haber abonado la inmortalidad y paraíso el cual Dios les había prometido a los brutos y desobligados de Adán y Eva, la manzana entonces es también nuestro final.

Un poeta alto, férreo y venoso, Mahmud Darwix (1941-2008), en un libro perturbador, “La huella de la mariposa”, en su texto, “Lo que queda de vida”, escoge las cuentas de su devocionario para los últimos momentos sobre la tierra. Dice el poeta: “Si me dijeran: esta tarde será tu última tarde,/ ¿qué vas hacer el tiempo que te queda?/ –Miraré el reloj,/ me beberé un zumo,/ morderé una manzana…” La manzana es inicio y final de vida. Hoy terminamos con unos versos de Proverbios 25:11: “Manzana de oro con figuras de plata es la palabra dicha como conviene.” Disfrute los frutos y poemas del verano, lector.

Jesus R. Cedillo

Escritor y periodista saltillense. Ha publicado en los principales diarios y revistas de México. Ganador de siete premios de periodismo cultural de la UAdeC en diversos géneros periodísticos.