Luis Miguel

Que fácil es juzgar, pero que difícil es sanar

 

Cuando una persona se convierte en personaje queda expuesta a los ojos del público, a sus amores, odios y pasiones. De la mirada de quien observa surge la capacidad de distinguir y hasta juzgar las acciones de quien, solo por su profesión, resulta que está bajo los reflectores.

Luis Miguel poco contó de su vida. La prensa del corazón era rápida para investigar sus amores, casi siempre fugaces, pero fuera de eso (y de los hijos que tuvo con Stephanie Salas, primero, y con Araceli Arámbula, después) no teníamos mucho conocimiento. Hasta el 22 de abril de este año cuando Netflix entregó el primer capítulo de su biografía.

En “Luis Miguel, la serie” descubrimos las tristezas, carencias afectivas, pérdidas y abuso emocional que el astro del pop padeció. Entre los personajes más siniestros destacó Luisito Rey, padre de Luis Miguel, quien quedó representado como un tirano explotador pero cuyo rigor, paradójicamente, catapultó al cantante a la fama. Existe también la desaparición truculenta de la madre del cantante, que deja en la boca el sabor amargo y desagradable de que una traición rodeó su misteriosa partida.

Luis Miguel creció con dolores, con heridas, como todos, pero hasta ahora lo sabemos. Dejamos de juzgar y empezamos a empatizar con alguien de pronto es más normal, más humano, tan cercano a nosotros.

Si hay algo que rescato de esta serie es que nadie está exento de llevar en el alma al menos una de las cinco heridas que la autora canadiense, Lise Bourbeau señala: rechazo, abandono, humillación, traición e injusticia. Bourbeau propone que cada una de estas marcas genera un trauma concreto. De esta manera alguien que experimentó rechazo, se muestra huidizo; el abandono genera dependencia; la humillación vuelve a la persona masoquista; la traición genera personalidades controladoras y, por último, la injusticia se refleja como rígidez.

No estamos libres de raspones, es cierto, pero tenemos la capacidad de trabajar en nuestra psique para identificar la lesión con mucha transparencia; trabajar en esta, aunque sea un proceso largo y a veces no tan sencillo; pero, así, fi nalmente, podremos sanar y así mismo avanzar.

Twitter: @claravillarreal

contacto@claravillarreal.com

 

 

 

Clara Villarreal

Consultora de imagen personal, etiqueta empresarial y protocolo Institucional y organizacional.