Mis razones

La sangre de la campaña fluyó de todas esas personas que les gustaron, comentaron o compartieron nuestras publicaciones en redes sociales

Por qué razón emprendiste ese tipo de campaña?- me preguntó mi hijo Alejandro mientras leíamos los airados comentarios que mis publicaciones en redes sociales estaban levantado. Definir posturas acerca de temas como Uber, aborto, foto multas, matrimonio igualitario, legalizar o no drogas, horarios de antros, adopción gay, pena de muerte y cosas por el estilo, es la forma más segura de perder una elección. Me lo advirtió Alejandro, entre curioso y molesto. Iniciamos como familia una cruzada ocho meses atrás buscando ser el primer coahuilense que llegase al congreso sin el respaldo de las siglas, recursos y estructura de un partido político, y aún estamos en el proceso de cerrar ese ejercicio electoral… con una dolorosa lección.

A la familia nuclear rápidamente se sumaron familiares en siguientes grados, también los amigos, socios, colegas y tod@s con quienes a diario trabajo, así como gran parte de mis compañeros del CIZ, del ITESM y de Merca, de generaciones ascendentes y descendentes; de mis grupos de esparcimiento, diversión y deporte. Aunque no valga, -me escribieron muchos-, desde acá cuentas con nuestro apoyo y nuestras oraciones: De todas partes del país, de varios países y aún en distintos idiomas, recibí las muestras de confianza para una candidatura que alguno de ellos poéticamente bautizó como el aleteo de una mariposa en México.

Las injusticias laborales y falta de oportunidades dentro del aparato gubernamental sufridas por gente como Roberto, Oscar y Ariel, las ganas de progresar y el deseo de tener mejores escuelas de jóvenes como Marco y Eduardo, un matrimonio como el de Ramón y Mary, el tiempo libre que le quedaba a Almicar, y la infaltable labor de mujeres como Karina, Adriana, Guadalupe, Blanca Esthela y Nathalie, hicieron que se formara un compacto grupo de voluntarios liderados por el mismo Roberto, que cargaron física y emocionalmente con el peso de una campaña austera, limitada, discreta y humilde, pero llena de idealismo. Muy importantes fueron el entusiasmo de Brenda para representar la candidatura ante las autoridades electorales, la guía profesional de Carlos para interpretar intrincadas disposiciones de fiscalización y para que el noviciado no resultara tan violento, las puertas abiertas y las sillas llenas en casas de mis amigos, mis Compas, mis Huérfanos, mis Atléticos, mis Compadres y mis Compayes, vaya, hasta de mi suegra.

Los generosos espacios que compañeros de medios de comunicación nos brindaron en sus columnas, programas y reportajes; y por supuesto, el respaldo, carisma y buen nombre de mi compañero de fórmula: Salvador Rodríguez Saade, Chavita, pues. La sangre de la campaña fluyó de todas esas personas que les gustaron, comentaron o compartieron nuestras publicaciones en redes sociales, que me enviaron mensajes de texto, que me saludaron en el supermercado o en los tacos mañaneros, que me visitaron en mi trabajo para transmitirme conocimientos e ideas, que enviaron cartas manuscritas, que recibieron un volante desde la ventanilla de su auto o en su hogar, que abrieron su casa para que un par de extraños les platicarán de su visión y sus ideales, de su exasperación, y de la suma de voluntades.

Para quienes de alguna forma y sin abandonar la esencia de las candidaturas independientes en esta región, que hicieron sinergia conmigo como Javier y Lucho, Fausto, Lobo, Poncho y Moncho, y el doctor Cárdenas, mi más grande admiración y respeto, así como el orgullo de compartir de por vida con ellos, la etiqueta de Independiente.

Así, con mayúscula. Gracias a todas las personas englobadas anteriormente y de los muchos coahuilenses que desde ciertos parámetros votarían por mi, me vino la respuesta para Alejandro, así que lo miré a los ojos y le contesté: arriesgué a presentarme en una campaña sin máscaras y hablándole claro a la gente, porque la ciudadanía se merece candidatos que desde un principio fijen sus posturas, porque la misma gente ha estado exigiendo que personas sin dobles intenciones los representen, porque hasta en la biblia dice que se vale ser caliente o frío, más nunca tibio.

Porque la forma de hacer política debería estar regida más por propuestas sociales y menos por cálculos electorales; porque si queremos un mejor futuro debemos aprender a hablar de lo que nos afecta de frente, sin miedos y con argumentos. Porque siempre quiero mirar directo a los ojos a toda la gente, como lo hago ahora contigo, aunque algunas personas puedan o no, estar de acuerdo conmigo.

César Elizondo

Escritor saltillense, ganador de un Premio Estatal de Periodismo Coahuila. Ha escrito para diferentes medios de comunicación impresos de la localidad.