Nayeli Pereznegrón Sembrando esperanza

Existen momentos que cambian por completo tu vida, que te arañan el corazón y te hacen darte cuenta que tu voz es la guía para que cientos de personas en busca de un respiro, de una mano amiga.

 

Texto: Arian Esquivel Foto: Luis Castrejón Video: Omar Ibarra

 

Nayeli Pereznegrón, es una mujer fuerte, tiene una sonrisa envidiable, refleja paz y amor. El cáncer en su hijo Luis Pablo Aguilar Pereznegrón fue uno de esos acontecimiento que le hicieron ver la vida de distinta manera. Hoy, Nayeli espera a su segundo hijo, y tiene la fuerte convicción de que ayudar es la mejor solución para un mundo mejor.

Todos los días nos ponemos a analizar diferentes situaciones que pasan en nuestra vida o en la de nuestros seres queridos, y entre ellas, me llama mucho la atención el de cómo a veces las personas necesitamos ayuda de alguien o cuando podemos ayudar a los demás.

Tenemos entendido que ayudar es el hecho de auxiliar, socorrer o cooperar con alguien cuando lo necesita, hacer un esfuerzo para tratar de ser parte de la ayuda que una persona necesita para lograr lo que quiere hacer, o tal vez salir de alguna situación angustiosa.

Normalmente día a día nos enfrentamos a un sin fin de situaciones, que simplemente no nos fijamos en quien nos ayuda o quienes necesitan nuestra ayuda para seguir.

A veces pensamos que solo debemos o tenemos que ayudar a nuestros familiares, amigos, y conocidos, porque son los que tal vez en algún momento nos puedan dar auxilio también; mas no nos damos cuenta que todas las personas de nuestro alrededor pueden formar un gran apoyo hacia nosotros aunque no las conozcamos o viceversa.

Nayeli y su esposo borraron esas barreras de su cabeza, y desde hace meses dedican gran parte de su tiempo a darle una mano a desconocidos, a personas que pasan horas y horas encerrados en un cuarto de hospital esperando un milagro, que sus pequeños ángeles venzan el cáncer.

 

 

Un vuelco al corazón

 

Esposa, mamá, presidenta y fundadora de “Luchando por los Ángeles Pequeños” (LPAP); así podríamos definir a Nayeli Pereznegrón. Una mujer guerrera que supo sobrellevar de la mejor manera la partida de su pequeño hijo Luis Pablo a causa del cáncer.

Nayeli nos ha demostrado lo que es el amor por los hijos, nos ha transmitido lo afortunado que es poder abrazarlos sin el miedo a lastimarlos.

Ella cuenta que su hijo Luis Pablo siempre fue un niño muy especial. Un pequeño que desde los 8 meses empezó a hablar, a los 9 meses ya decía todas las vocales y a los 11 meses todos los colores.

“Un día antes de su primer cumpleaños Luis Pablo presentó fiebre muy alta, la cual continuó por unos meses. Por lo que nuestro pediatra le mandó a hacer unos análisis de sangre y así inició el torbellino de vida que ya conocen. Leucemia Mieloide Aguda M7 con fibrosis, donde cada palabra desde leucemia hasta fibrosis iban representando lo peor de lo peor”, explicó Nayeli para una revista en 2015.

 

La noticia los hizo buscar soluciones juntos, encontrar a los mejores doctores que pudieran ayudar a Luis Pablo con su cáncer.

“Nos fuimos a Houston, ya que a nuestro hijo no lo pudieron diagnosticar en México, solo íbamos por unos días, pero al final vivimos dos años allá, resulta que su tipo de cáncer era muy complicado”, comentó Nayeli.

El cáncer de Luis Pablo era raro y difícil, pero Nayeli no se rindió, y como lo ha hecho hasta hoy, vive cada día con la actitud más positiva, a pesar de las noticias malas.

Hoy, se dedica a labores altruistas desde la partida de Luis Pablo. Una muestra de ello es la fundación que creó: “Luchando por ángeles pequeños(LPAP) ”, la cual se encarga de ayudar a niños de bajos recursos que están enfrentando una enfermedad como el cáncer, “básicamente no tenemos ni el año de haber iniciado, pero hemos comenzado con proyectos ya establecidos que poco o mucho han ayudado a las personas a no rendirse y tener una mejor calidad de vida”, comentó la altruista.

Para Nayeli y su esposo, aquellos días en el hospital fueron un periodo de mucho amor, crecimiento y lecciones de vida. Ella afirma que no hubo malos días, pero si días menos buenos que otros; pero todos maravillosos a pesar de las malas noticias, por una simple razón: “podíamos estar con él”.

Los días de no comer, las noches en vela, las lágrimas y el dolor tan profundo en el corazón, eran inevitables, pero siempre llevaderos gracias a las personas que sin esperar nada a cambio, decidieron ayudarlos.

“Uno tiene que reconocer lo bueno y malo de cada país y la verdad es que la ayuda que te ofrecen en Estados Unidos es muy grande, allá existe una cultura de ayudar, desde pequeño se enseña a los niños a ayudar. Uno ayuda en la iglesia, pero no pasa de ahí; no estamos tan acostumbrados a dar, que es realmente lo importante, pero cuando vimos a gente tan entregada con ganas de dar, eso nos dio esperanza”, dijo Nayeli.

Fue con despensas como Nayeli sintió el cariño de personas que se ofrecían a darle una mano, y fue así como en ella nació una iniciativa que cada quince días lleva a cabo en hospitales de la ciudad.

“El hecho de que te llevarán el súper, era una gran ayuda, yo no podía salirme de con Luis Pablo y comía de sus sobras, era realmente una fortuna tener un poco de mandado. Cuando Luis Pablo estuvo internado fue de lo que más me ayudó, por eso lo propuse y lo llevé a cabo en Saltillo”, explicó Nayeli.

Luchando por Ángeles Pequeños

 

“LPAP, Luchando Por Ángeles Pequeños”, es una fundación que con mucho esfuerzo, corazón y amor, Nayeli y su familia creó, para ayudar y ser ayudados, para dar y recibir.

El proyecto va creciendo y los resultados han sido extraordinarios.

“Cuando volvimos a México nos dimos cuenta que las condiciones exigían mucha ayuda, es por eso que juntos descubrimos formas de ayudar”.

Nayeli asegura que este tipo de proyecto no funciona sin el compromiso y dedicación de las personas que lo integran.

“Luchando por ángeles pequeños no sería lo que es sin la gente que está ayudándonos, la fundación está dando los resultados que tiene que dar gracias a las personas que colaboran con nosotros, los voluntarios han hecho una gran labor, nosotros pusimos la idea y ellos se encargaron de darle para adelante, somos muy afortunados de tener un equipo con un grande compromiso”, agradeció Pereznegrón.

“Luchando por Ángeles Pequeños” ha puesto en marcha la iniciativa con la que Nayeli en Estados Unidos se sintió apoyada, cada quince días se dirigen a hospitales para identificar a personas que no pueden salir de ellos y llevarles algo de despensa, desde comida hasta artículos de primera necesidad.

“Nosotros iniciamos varios programas, el primero fue: despensas y sonrisas, donde cada dos semanas acudimos a el área oncológica de los hospitales, ahí las personas nos dicen que necesitan, las cuales son cosas básicas como: papel higiénico, toallas sanitarias, jabón, pañales, artículos de limpieza, entre otros; nosotros recolectamos la lista y la llevamos ese mismo día con la familia, las personas realmente agradecen este gesto”.

El ayudar se ha convertido en la consigna principal de este matrimonio y junto a él se han acercado cientos de personas que han propuesto programas como el de recolectar pequeñas tapitas de plástico para luego ser recicladas y recibir medicamentos para los niños con cáncer.

“La idea es ayudar sin importar la causa, cada quien hemos vivido cosas diferentes, cada persona quiere apoyar en cosas distintas. Mucha gente se acercado con nosotros, restaurantes, empresas, gente se sumó a donarnos tapitas, logramos juntar cerca de cuatro toneladas, en este momento estamos hablando con la recicladora para saber si nos puede proporcionar medicamento o dinero, cabe aclarar que a pesar de que son muchas toneladas, no es mucha la ayuda, pues cada kilo de tapitas equivale a ocho pesos, la ayuda nunca será mucha, siempre necesitaremos de más apoyo”, explicó Nayeli.

En diciembre del año pasado la fundación llevó a cabo el proyecto “Se él Santa de un niño con cáncer”.

“Los niños nos entregaron sus cartas y los padrinos se encargaron de surtirlas y llevar los juguetes a los pequeños, ellos se emocionaron al tenerlos, además les llevamos libros para colorear, cuentos y otros juguetes para que pudieran divertirse en el hospital”, dijo Nayeli.

La ayuda no solo se enfoca en llevar cosas a las personas, sino pasar tiempo con ellos, Nayeli explica que tener un hijo con cáncer, es estar en el encierro siempre al pendiente de tu pequeño.

“Nosotros iniciamos esto con todo el corazón, era todo lo que teníamos y la gente fue llegando, cuando logras hacer algo desde el fondo de tu corazón y con mucho amor, lo demás se da.

Empezaron a llegar ángeles”, dijo sonriendo Nayeli.

Los niños que padecen cáncer son personas muy especiales que necesitan de nuestro apoyo, ellos siempre te dan una sonrisa como pueden, y el tiempo que puedas pasar con ellos lo valoran bastantante, porque pasan horas ahí, hablar de un niño con cáncer implica hablar de encierro”, explicó Nayeli, quien también invita a las personas a que se unan a esta noble causa.

 

 

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