Voluntad inquebrantable

Marycarmen estudiaba en la ciudad de Mérida, Yucatán, la carrera de Psicopedagogía en la Universidad Anáhuac Mayab, iniciaba el primer semestre del tercer año.
Era el 24 de agosto del 2014, cuando un auto impactó el coche en el cual viajaba Marycarmen Lozano Villarreal como copiloto. El accidente automovilístico la dejó en coma. El diagnóstico médico fue: muerte cerebral.
La sugerencia: desconectarla.
La decisión de sus padres: mantenerla con vida.
Las malas noticias corren rápido y a Saltillo llegó la información de inmediato. Sin dudarlo, su familia se trasladó hasta aquella ciudad para decir: “no la desconecten” e iniciar un camino que ha sido difícil, pero que gracias al apoyo y fe de amigos y familiares ha sabido sortear con buenos resultados.
Prueba de ellos son las ambiciones y deseos que Marycarmen ha vuelto a tener.

“El panorama era que ya estaba conectaba,
seguían los días y ella seguía dormida, a los
10 días, el neurólogo nos citó, para decirnos
que tenía muerte cerebral”, explicó la
madre.

El traslado
Luego de la decisión de no desconectarla, la familia contrató una ambulancia aérea para transportar a Marycarmen a un hospital de Monterrey. Ahí estuvo más de dos meses en cuidados intensivos. Pasando de un coma, a un coma vigil, cuando el enfermo sufre una disfunción cerebral crónica en la que no muestra signos de conciencia.
“Vivimos crisis muy fuertes. Marycarmen no hablaba, no comía, se alimentaba por sonda, no escuchaba. Ella solo despertaba, veía y ya. Le realizaron tres operaciones en el cerebro para instalarle un sistema de válvulas en su cuerpo que la ayudaron a pasar a un estado de conciencia mínima. Entonces iniciaron sus terapias en Monterrey, donde había días de nueve horas de terapia combinados con mucha paciencia y fe,” explicó Tita Villarreal, la mamá de Marycarmen.

El apoyo de todos sus amigos, familiares y desconocidos, es un impulso increíble para que Marycarmen no se rinda.

El shock
Al año del accidente y ya con
conciencia Marycarmen se preguntó: “¿Qué pasó? ¿Por qué estoy así?”, se daba cuenta que no podía moverse, que la bañaban en la cama y que no escuchaba.
“Yo la veía desesperada, agresiva, por lo que le tuve que explicar lo que pasó para que lo asimilara y supiera que contaba con todos para ganar esta batalla”, comentó Tita.

Mucha paciencia
Después del accidente no solo la vida de Marycarmen cambió, también la de su familia que decidió apoyarla.
La casa se transformó por completo: la sala comedor que recibía a las visitas se convirtió en una habitación acondicionada como en un hospital; las escaleras se cambiaron por rampas y con el tiempo se instalaron aparatos que habrían de servir para las terapias de Marycarmen.

La lista de tratamientos que la joven sigue parece interminable: Lleva terapias cognitivas, de lenguaje y físicas en el CRIT Saltillo y en otras instituciones de Monterrey.
“En total son nueve horas diarias las que Mary dedica a su rehabilitación todos los días” explicó la madre.
La historia de Marycarmen, es una como muchas, en donde la paciencia, el amor y mucha fuerza, logran que pasen cosas increíbles. “La fe y el amor, lo puede todo. Siempre he creído en mi hija y en Dios. Ellos son la fuerza ”, finalizó Tita Villarreal, mientras Marycarmen entusiasmada nos contaba sobre sus sueños.

-Marycarmen comenzó a hablar a los 10 meses después del accidente
-Comenzó a comer al año después del accidente siendo esto un gran reto para él.

“Quiero volver a estudiar, quiero terminar mi carrera de psicopedagogía y en un futuro trabajar en el CRIT y ayudar a los niños en las mismas situaciones”. Marycarmen Lozano.

 

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Promotor y gestor creativo. Creador. ciclista y lector.