Conviértete en príncipe por unos días en una de las ciudades más caras de Europa
Reportaje: Marco Beteta
Chic y glam style es el término que, a mi gusto, mejor describe al Principado de Mónaco. En esta pequeña ciudad-estado, con poco más de dos kilómetros cuadrados, gobernada desde hace siete siglos por los Grimaldi, la vida gira alrededor de suntuosas fiestas, reuniones sociales y eventos deportivos de fama internacional que atraen a aristócratas, jetsetters, celebridades y multimillonarios de todo el mundo. Aunque es un destino caro, definitivamente hay que tenerlo en mente porque la experiencia lo vale.
LO IMPERDIBLE El Hôtel Hermitage. Referente de lujo y sofisticación, recién remodelado, con fantásticas vistas al mar Mediterráneo.
La catedral y el Palacio Principesco. El segundo fue construido sobre una fortaleza medieval donde podrás ver el cambio de guardia en punto de las 11:55 de cada mañana.
El Nuevo Museo Nacional de Mónaco. Ocupa dos magníficas residencias de estilo belle époque. De paso, admira la colección de autos de Rainiero III, e incluye en tu agenda de viaje el Museo Oceanográfico.
El shopping en las boutiques de Cercle d’Or o en el típico barrio de La Condamine. De martes a sábado a partir de las seis de la tarde hay un mercado gourmet en la Plaza de Armas.
Una sesión de talasoterapia en las célebres Thermes Marines de Montecarlo y un baño en la playa del Larvotto.
Los paseos por Les Terrasses de Fontvieille, el Jardín Japonés y la Rosaleda de la princesa Grace.
El emblemático Casino de Montecarlo es uno de los atractivos turísticos más notables del Principado de Mónaco. Un trago al atardecer en Before o Blue Gin, además de la movida nocturna de Mónaco en La Rascasse o Jimmy’z.
Una degustación de vino en las cavas del Hôtel de Paris, talladas en roca a lo largo de un kilómetro. Albergan una sorprendente colección de etiquetas de las mejores añadas. 
Una comida o cena en alguno de los galardonados feudos,como Le Louis XV, a cargo de Alain Ducasse, dentro del Hôtel de Paris; Vistamar, aclamado por su cocina mediterránea al interior del Hermitage, y Yoshi, restaurante de cocina japonesa de fusión, encabezada por Joël Robuchon, en el Hôtel Métropole.
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