El movimiento se registró el 6 de abril, pero fue tan pequeño que en la Tierra no se habría detectado.
En noviembre del año pasado, el vehículo de aterrizaje InSight de la NASA se instaló en Marte para monitorear su superficie. El pasado 6 de abril, durante el día 128 de la misión, se detectó el primer movimiento sísmico en este planeta.
De acuerdo con la agencia espacial francesa CNES, quienes fabricaron el instrumento capaz de detectar los sismos (SEIS) se detectó una señal suave pero distintiva. De haber sucedido el movimiento en la tierra, habría sido imposible darnos cuenta.
El SEIS debió enfrentarse a que era imposible enterrarlo en el suelo de Marte, por lo que tuvo que permanecer en la superficie. Sin embargo, esto lo colocaría en riesgo de recabar datos falsos por la temperatura o el clima. Finalmente, se solucionó colocando varias barreras ingeniosas, incluida una cubierta construida por JPL llamada Wind and Thermal Shield.
No obstante, debido a que la superficie marciana se encuentra desolada, se escuchó el ruido del terremoto o “martemoto”, como lo nombraron los científicos. Hasta el momento, se cree que el movimiento proviene del interior de Marte y no por causas externas. Sin embargo, aún es muy pronto y el sonido muy pequeño para que pueda proporcionar datos útiles.
Mars, I hear you. I’ve detected some quiet but distinct shaking on #Mars. The faint rumbles appear to have come from the inside of the planet, and are still being studied by my team. Take a listen.👂https://t.co/GxR1xdRx1F pic.twitter.com/Z8Hn03jigO
— NASA InSight (@NASAInSight) April 23, 2019
También en la Luna
Este sismo es parecido a los primeros detectados en la luna por parte de los astronautas del Apolo entre 1969 y 1972. Estas investigaciones pudieron comprobar que el satélite aún estaba geológicamente activo y permitió a los investigadores conocer más sobre el interior y el núcleo.
Si bien Marte no tiene placas tectónicas, que causan la mayoría de los terremotos en la Tierra, los cuerpos celestes experimentan fallas en sus cortezas. A medida que las masas pesadas y el enfriamiento lento agregan estrés, ésta se agrieta y libera energía.
Los científicos se muestran optimistas ante esta señal pues ya había obtenido otras tres: el 14 de marzo, 10 de abril y 11 de abril. Sin embargo, fueron demasiado ambiguas o podrían haber sido provocadas por otras causas.
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