Los alfajores son una golosina tradicional en muchos países latinoamericanos. En Saltillo, Alberto Prado, los crea de manera artesanal para gusto de amigos y familiares. ¡Te invitamos a conocerlo!
Foto: Luis Castrejón
Video: Omar Ibarra
Emprendedor, creativo, con actitud de visión y de acción; con capacidad de desenvolverse y aprovechar las oportunidades. Esa es la forma en la que podemos describir a Alberto Prado, nuestro personaje de Viernes 360, un hombre capaz de convertir una pasión en un negocio rentable.
Este joven con ascendencia colombiana trajo de la tierra de sus padres un postre que ha fascinado a amigos y familiares en Saltillo: los alfajores.
Un gusto que nació con mamá
Un alfajor es una golosina tradicional de muchos países de Latinoamérica, principalmente en Colombia. Otros países con tradición de alfajores son Perú, Uruguay, Chile, Argentina y España. Esta golosina está compuesta por dos galletas unidas en el centro por un relleno dulce (dulce de leche, dulce de frutas, chocolate, mousse, entre otros) y generalmente está bañada en chocolate o glaseada.
Quien prueba esta golosina, es como si hubiese probado un pedazo de cielo, la suavidad de estas galletas, la hacen el postre favorito de muchos. Ese fue nuestro caso. El equipo de 360., después de la sesión fotográfica y antes de la entrevista, pudo probar un par de estas golosinas. Ante el sabor quedamos encantados. Pero, ¿cómo Alberto Prado decidió hacer de este postre una oportunidad?, ¿cómo aprendió a cocinar esta golosina?.
Todo empezó junto a su madre
“En una visita a Colombia los probamos, a mi madre y a mi nos encantaron ; nos enseñaron a hacerlos, entre los dos aprendimos, luego llegando aquí a Saltillo, mi madre y yo empezamos a hacerlos”, explicó Alberto Prado, su madre nos acompañaba en la entrevista, ella no dejaba de sonreír por su hijo.
En el primer intento, este bocadillo no salió con la calidad, forma y sabor que ahora poseen los productos de “Alberto Prado Alfajores”, pero sí con esa misma pasión con las que inició esta aventura. Pronto el sabor y nombre de este bocadillo se popularizó en la familia y amigos de Prado.
“Los hicimos, una y otra vez. Todos los probaron y les gustaron mucho. Así que seguí haciéndolos, aún como un simple hobby”, comentó el joven.
Esta pasión por la cocina, los buenos deseos y halagos de los demás para sus alfajores, orillaron a este joven emprendedor a llevar su pasión por los postres a otro nivel.
“Las personas nos pedían las recetas, a todos parecía encantarles los alfajores; entonces de ahí, se me metió la idea, los empecé a hacer en una Navidad, comenzaron a tener muy buena respuesta, y después durante todo el año”, comentó Alberto Prado.
Si no son enchiladas…
Si te dieron ganas de darte un pequeño gusto, y aprender a cocinar este delicioso bocadillo, nosotros te contamos cómo, gracias a una serie de consejos que Alberto Prado nos dio.
Pero, te contamos, no es cosa fácil, requiere de mucho tiempo, paciencia y cuidado; pero te aseguramos que cuando termines de prepararlos, simplemente tendrás que dedicarte a disfrutar.
“Realmente es muy laborioso; hacer alfajores requiere de mucha paciencia. La primera vez, fue un desastre, harina por todos lados, todo manchado, pero poco a poco fui entendiendo cada uno de los procedimientos”, explicó Prado.
Cuenta Alberto, tanto como su madre que las primeras veces, la cocina parecía ser atacada por un monstruo, todo quedó hecho un desastre, y es que para obtener el alfajor perfecto, se necesita tener una consistencia perfecta en todos los ingredientes, de la cual la única forma de conseguirla, es intento tras intento.
“Todo tiene que quedar perfecto, la masa no puede quedar pegajosa, ni desbaratarse, en cada proceso tuve que encontrar la forma correcta de hacerlo. Con el paso del tiempo lo logré”, explicó el joven, quien ya cuenta con las herramientas adecuadas
para dar mayor calidad a sus productos.
Alberto dejó claro que se debe tener mucho cuidado al realizar este postre, pues las galletas no deben ser demasiado dulces, y tener una textura delicada y suave.
“La combinación con el relleno de dulce de leche y azúcar en polvo en la parte superior, tienen el equilibrio perfecto de texturas y sabores”, explicó.
Esta es la razón por la que Alberto también cuida la calidad de cada uno de los ingredientes que utiliza, varios de ellos son pedidos al extranjero, pues en nuestro país no se encuentran esos productos, ni sus estándares de calidad.