LA CIENCIA DE EMPRENDER | Saltillo360

LA CIENCIA DE EMPRENDER

LA CIENCIA DE EMPRENDER

El camino del emprendedor durante el Covid-19

¿Qué nos ha pasado y qué podemos hacer?

 

Imagínate por un momento que estás en diciembre del 2020; apenas hace un par de días fue Navidad y hoy es domingo. Hace frío afuera, pero tu casa permanece tibia. Hay alegría en tu hogar,  se escuchan pláticas y risas; eso te hace despertar con ese sentimiento que te envuelve desde hace varios días. La gratitud. Con un respiro profundo logras detectar el olor a café recién hecho y no dudas en servirte la primer taza del día e inmediatamente después pones música de fondo suave y alegre que te hace balancearte o por unos segundos. Ahora es momento de decidir entre continuar en pijama o darte una ducha, en eso el sillón que ha sido tu aliado durante varios años, te invita a sentarte a reflexionar; accedes a su invitación y ahora puedes sentir ese ambiente decembrino que te incita a pensar; estás a unos días de terminar un año especial; un año que recordarás por el resto de tu vida.

Ahora regresa al presente y pregúntate: 

  • ¿Qué quiero recordar de este año?  
  • ¿Quiero ser el héroe o heroína de mi historia o prefiero ser la víctima? 
  • ¿Me sentiré satisfecho o satisfecha con mi actuar o preferiré evadir la reflexión sobre mi desempeño?

 

No dudo ni por un momento, que en tu reflexión anual aparecerá el mes de abril; un mes que está marcando la vida de muchas empresas y empresarios. Porque es un mes que nos tomó por sorpresa con una pandemia a nivel mundial que paralizó a la ciudad e hizo que los hábitos de consumo de la población cambiaran. Causando bajas o nulas ventas en algunos sectores a los que se les auguraba un buen año. 

¿Qué nos ha pasado a los emprendedores durante la cuarentena?

Estábamos por concluir el primer trimestre del año; un trimestre que se caracteriza por ser de planeación e inicio de proyectos; las pláticas por el Día Internacional de la Mujer se cruzaban con pláticas sobre el COVID-19, la mayoría minimizamos la magnitud que tendría esta pandemia; hasta que surge la atinada instrucción “quédate en casa” que desestabilizó la economía.

Lo primero que muchos sentimos fue miedo. En mi caso sentí miedo por mi salud, por la salud de mi familia y la de mis empleados; quería protegerlos y no sabía bien cómo lograrlo. En el negocio, los días eran un constante cambiar de decisiones. En la mañana planeaba el día y aun no cruzaban las manecillas del reloj para cuando los planes habían cambiado. 

En lo personal no tardé mucho en dejar la agenda de lado para reaccionar conforme el día surgiera; era frustrante sentir como perdía control, como las cosas resultaban diferentes de lo habitual. Tanto planear el negocio, tanto sistematizarlo y de repente: el sistema no sabe qué hacer; yo no sabía qué hacer.

¿Qué estaba pasando? Consciente o inconscientemente rechazaba lo que estaba sucediendo; no aceptaba ese descontrol y esa desestabilidad. Quería regresar a mi rutina y al día a día, a los niveles de venta, a los planes, me asustaba no tener ingresos para sostener el negocio, me dolía pensar en la posibilidad de no poder completar los sueldos de mis empleados.

Sentía coraje conmigo misma por no haber tenido la disciplina de ahorrar lo suficiente para mantener un fondo de emergencia equivalente a tres meses de gastos, mi fondo solo podía aguantarme a lo sumo un mes.

Una vez que reconocí que estaba en una etapa de negación, y que este comportamiento era el causante de gran parte de mi estrés y mi pérdida de control; decidí aceptar la cuarentena, aceptar que las reglas de juego habían cambiado; que el ambiente, el cliente y el contexto en general en el que se movía mi negocio era otro.

Hice un ejercicio similar al que describí en los primeros párrafos de este artículo, me visualicé en diciembre del 2020 y me propuse hacer lo necesario para que, finalizando el año, pudiera estar satisfecha de mi actuar en esta contingencia sanitaria, sabiendo que la única oportunidad que tengo para moldear el futuro se encuentra en el presente.

¿Qué plan te recominedo?

  1. Vence la etapa de negación. La negación es normal que aparezca. Es un sistema de defensa que tenemos como humanos que nos ayuda a “amortiguar los golpes”, pero debemos superarla en breve para poder observar y analizar fríamente nuestra realidad, lo que nos permite abrirnos a nuevas posibilidades, a negociar y a innovar.

 

 

  • Trabaja en 2 áreas simultáneamente
  • Monitoreo y reacción
  • Adaptación e innovación

 

Monitoreo y reacción se refiere a identificar en tu negocio los factores clave de desempeño y dar seguimiento muy de cerca a cada uno de ellos. Los factores clave pueden ser: monto de venta, número de clientes atendidos, cantidad de personas interactuando con tus publicaciones, pedidos hechos, pedidos cancelados, ausentismo del personal, cargas de trabajo por persona, entre otros; selecciona los que te ayuden a interpretar el estado actual de tu empresa y con los que logres identificar lo que el cliente te está solicitando.

Adaptación e innovación hace referencia a que durante esta contingencia tengas la capacidad de no solo reaccionar; sino de ir más allá creando e innovando productos o servicios que el cliente actualmente demanda.  Me asombra ver cómo restaurantes y tiendas de conveniencia tenían meses pensando en cómo entregar productos a domicilio y ahora, de la noche a la mañana, lograron crear los canales de distribución de productos hasta los hogares de sus clientes. 

Estos dos puntos estarán en constante acción; si tienes empleados a tu cargo te recomiendo hacer equipos para que mientras unos están monitoreando y reaccionando en inmediato plazo; otros estén pensando y experimentando en innovaciones que les permitan adaptarse a las nuevas reglas del juego.

 

Lo que no debes perder de vista mientras trabajas en tu negocio:

  1. Liquidez. Cuida tu flujo de efectivo. Es momento de revisar las cuentas por cobrar y cuentas por pagar con el objetivo de negociar con los involucrados. Define formas de pago accesibles para tus deudores y trata de conseguir concesiones con tus acreedores. Actúa con responsabilidad, ábrete al diálogo y a la negociación. Apóyate en los valores de austeridad, empatía y solidaridad.
  2. Haz de nuevo el presupuesto y evita la deuda, da prioridad a aumentar ingresos mediante la venta y a disminuir los gastos dejando solo los indispensables. Si inevitablemente acudes a la deuda; analiza y compara tasas y plazos; y procura que ésta sea utilizada para incrementar la venta y no sea destinada al gasto corriente.
  3. Comunicación exagerada con equipo de trabajo y con clientes. Como es un momento de cambios, será importante mantener a tu equipo de trabajo y a tus clientes involucrados en estos cambios. Utiliza diversos canales de comunicación para mantenerte en contacto con todos ellos. Que clientes y colaboradores se enteren de las adecuaciones que está teniendo tu empresa y que también tú descubras las nuevas demandas o patrones de consumo de tus clientes
  4. Apoya y déjate apoyar. Siempre habrá personas que requieran de tu apoyo y siempre habrá alguien que esté dispuesto a apoyarte. En momentos de crisis como esta pandemia, el espíritu de ayuda mutua y la consciencia de que somos parte de un todo se hace latente y despierta en nosotros ese espíritu altruista. Sé humilde tanto para dar como para recibir.
  5. Cuida siempre a tu equipo y conviértete en mejor líder. En momentos de crisis las personas buscamos más que nunca una guía que nos oriente en el camino; prepárate para liderar mejor a tu equipo, traza un plan y dáselos a conocer; inspira confianza.  Cuídate y enseña a tu equipo a cuidarse, toma las medidas adecuadas para evitar contagios, apóyate en técnicas de respiración, meditación, ejercicio físico, alimentación saludable y otras prácticas saludables para mantenerte con buena salud; enseña mediante el ejemplo.

 

Al igual que muchos emprendedores, aún no tengo la certeza de cómo llegaré a diciembre del 2020; pero tengo una meta, hay esperanza, fe y un firme propósito de hacer en el presente, lo necesario para llevar esta contingencia lo mejor posible; aceptando pérdidas y agradeciendo ganancias que afectarán de alguna forma  mi vida personal, familiar y como emprendedor.

Te invito a aceptar los cambios, a adaptarte a ellos, a buscar opciones, a platicar con clientes, a negociar y a valorar intensamente la vida y las oportunidades que ésta nos brinda.