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Con información de El Confidencial, La Vanguardia, El Universal y Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.
El melón es una de las frutas más populares del verano por su sabor dulce y fresco, ideal para los días calurosos. Durante estos meses puedes incluirlo en tu dieta, ya sea en tus platillos, como snack o bebida.
Es tan refrescante porque cerca del 92 por ciento de su composición es agua. También es rico en fibra, vitaminas A, E y del complejo B, y antioxidantes capaces de prevenir enfermedades cardiovasculares, cáncer y diabetes. Sin embargo, para disfrutarlo al máximo debes elegirlo correctamente, de lo contrario tendrás uno duro e insípido.
Escoge bien
Color: los tonos verdes indican falta de maduración, opta por los que tienen cáscara dorada.
Peso: los melones con mejor sabor poseen más agua y, por lo tanto, pesan más. Compáralos en una báscula.
Superficie: la cáscara no debe tener bultos, golpes o cortes, pues indican daño durante el transporte que afecta su textura y sabor. Busca entre las piezas superiores y prefiere marcas nacionales, pues se manipulan menos.
Aprieta: ejerce un poco de presión en los costados o en los extremos, si se hunden ligeramente significa que está en su punto.
Si son mitades: revisa que el interior tenga un color intenso y uniforme. Recuerda que comprarlos de esta manera disminuye su frescura.
¿Cómo madurarlos?
Si compraste uno muy verde para comerlo después, sigue con el proceso de maduración en tu hogar, siempre y cuando no lo hayas cortado. Colócalo en una bolsa de papel, ciérrala y déjalo a temperatura ambiente por uno o dos días.