Escribir me ha dado la oportunidad de compartirme con ustedes, de contar mi trayectoria y hacerlos testigos de un proceso de emprendimiento y entrega. Este miércoles 17 de noviembre fui galardonada como Mujer Innovadora en la Política Iberoamericana 2021 y Libro del año con Imagen de crack“ en los premios Innopoli tica en Cali, Colombia. Más allá de la emoción y el reconocimiento me sorprenden los mensajes que he recibido por ambos logros y me centro en este punto. ¿Qué sería de nosotros si no compartiéramos los triunfos? Las redes sociales están invadidas de felicidad desmedida y vidas completamente perfectas, pero detrás de ellas hay también otras historias que no siempre compartimos.
Presenté mi libro Imagen de crack“ en el marco del evento Colombia Elige 2022 y en dicha presentación, compartí con los presentes algo que para mí fue fundamental en una etapa de mi vida.
Fue en el año 2003 cuando me levanté de la cama a las 8:30 de la mañana, desperté totalmente convencida y a las 9:30 me encontraba en la estética de una prestigiada estilista en Monterrey, Leo Cantú. Cuando me vio llegar sorprendida me preguntó: ¿qué te vas a hacer?, a los cual le respondí: Córtame el cabello arriba de los hombros“. Había llegado sin una cita previa, pero Leo sabía que una decisión así no había sido fácil de tomar, así que me hizo pasar y entre lágrimas, ambas compartimos en silencio ese proceso. Ella sabía que lo que yo estaba haciendo no era un cambio de look, era un proceso de transformación interno.
Las batallas también son parte del camino, aunque estas no se compartan en redes sociales.
¿Por qué te cuento esta historia? Identifiqué durante varios meses que según trajera arreglado o no el cabello era el nivel de autoestima con el que me manejaría ese día. Quienes me conocen saben que siempre he llevado el cabello muy largo, sin embargo mi cabello dominaba mi estado de ánimo. Ese día me levanté con la firme decisión de no permitir que esto tuviera poder sobre mí. Y así , en la vida vamos encontrando momentos donde podemos observar a profundidad o solamente por encimita. Para mis 22 años de edad tomar una decisión así fue fundamental porque identifiqué y le puse un alto a algo que si no lo hacía en ese momento pudo haber escalado a otros niveles. Despojarnos de creencias, miedos y patrones nos permite explorar otros campos desconocidos llenos de nuevos retos.
Para quienes aún están forjándose un futuro, no tengan miedo de ponerse un alto, no tengan miedo de observarse y frenar esa creencia que no les permite avanzar.
La vida perfecta y llena de felicidad no existe, aunque así lo compartamos en las redes sociales, estas plataformas solamente son una pantalla. La vida real tiene diferentes caminos, pero el camino verdaderamente satisfactorio es el que no se comparte en redes sociales.
Yo, te comparto mis triunfos pero tam- bién mis batallas personales.