¡Lightyear está de vuelta! Qué emocionante noticia para chicos y grandes.
Un personaje icónico que se volvió parte de todas las generaciones desde su primera aparición en pantalla. Increíble que después de más de 27 años sigamos compartiendo aventuras con el tan querido astronauta.
Me parece padrísimo que la compañía Pixar nos cuente más sobre la historia y el origen de Buzz, que nos regale la oportunidad de conectar con nuestra imaginación y con aquellos recuerdos de la infancia, así mismo sintamos aún más familiar a Lightyear y busque de muchas formas abrir canales de comunicación con temas sociales como la inclusión y la diversidad familiar.
Comúnmente las películas infantiles modernas vienen acompañadas de elementos importantes precisamente para eso; para platicar con nuestros hijos, para mostrar las diversas formas de ser, actuar y vivir.
A pesar de todas las opiniones publicadas en redes sociales, desde que inició la película mi mente y pensamientos se transportaron al espacio, ya que los detalles, la atmósfera y la trama te atrapan desde el primer momento, seas o no tan fan del personaje.
Muy polémica ha sido la postura de llevar o no a los niños a ver este filme, ¿la razón? ,un beso entre dos personajes del mismo sexo, así como una relación amorosa y un rol familiar distinto al convencional.
Aplaudo las historias que tocan temas actuales y acercan a los niños a una realidad existente, ya que a veces como padres, posponemos conversaciones que nos sacan de nuestra zona de confort y para muchos siguen siendo tabúes en la sociedad. Sin embargo, “este viaje a la galaxia” tiene mucho más que eso, es una desafiante aventura en el espacio que nos transporta a un futuro no muy lejano, con elementos futuristas que ya no sorprenden tanto, sino al contrario, nos sentimos identificados. Así fue con Sox, un adorable gatito robot que se vuelve el principal creador de sonrisas entre los niños y el personaje más destacable de todos, similar a un asistente virtual.
El aspecto del guardián del espacio es distinto, mucho más real, eso sí, con su traje que lo caracteriza y su misma esencia. Los valores que predominan son la amistad, la tenacidad, la valentía, la confianza y el amor.
Las acciones tienen consecuencias y lo llevan (a Buzz) a tomar decisiones importantes que lo hacen dudar de él mismo, sentirse perdido, confundido, triste y fracasado; sentimientos que todos alguna vez hemos experimentado, así que hace que nos sintamos identificados con él y con todo el elenco que lo acompaña.
El trabajo en equipo, el compañerismo y las diferencias de todo tipo son elementos muy positivos que aportan mucho valor a la historia y aunque se hace un poco larga toda la misión y los diálogos son más detallados y específicos, los niños se mantienen entretenidos.
Sin duda alguna es un “spin off” divertido, nostálgico, con una impecable producción visual e impactantes efectos especiales que están a la altura del gran Buzz Lightyear.
Así que si quieres saber de donde nace la tradicional frase “Al infinito y más allá” no te pierdas la película.