A través de los caminos de la vida, conocemos a muchísimas personas. Algunas nos acompañarán por un buen trecho, otras se vuelven imprescindibles y unas cuantas
están con nosotros por un corto período. Aún recuerdo a muchos amigos que lamentablemente ya no frecuento, pero que en verdad atesoro lo que en su momento me hicieron sentir y lo que compartí con ellos; de vez en cuando aparecen en mis sueños y como si no hubiera pasado el tiempo, los veo con su misma ropa, con el mismo timbre de voz y realizando los mismos gestos de antes. Hay personas que caminan a la par de nosotros y que gracias a la convivencia diaria, conocemos perfectamente sus gustos, cualidades y personalidad. Tener esa complicidad con quienes queremos, nos simplifica la vida de muchas formas; sabemos tratarlas, lo que necesitan, respetamos su espacio y podemos hacernos presentes en cualquier circunstancia. Es esta cercanía a través de los años lo que nos otorga el privilegio de saber de qué “están hechas” nuestras amistades y
,entonces, si conocemos tanto sobre ellos, nos preocupamos y nos ocupamos de lo que
sienten y piensan ¿por qué titubeamos cuándo nos preguntan por nosotros mismos?, ¿por qué no respondemos con la misma facilidad como cuando nos preguntan por nuestros amigos?, ¿por qué pensamos tanto la respuesta?, ¿por qué nos cuesta hacer una lista de nuestras cualidades y no batallamos al escribir nuestros defectos?, ¿por qué no somos fieles a lo que anhelamos? Con los ojos cerrados y desde el alma debemos responder y compartir lo que nos define como personas; nuestros gustos, deseos, cualidades, etc.
Es por eso que hoy te invito a trabajar en ti, a conocerte bien y a hacerte amigo de ti mismo. Tener clara nuestra misión en la vida y que venimos a la tierra con un propósito.
Tener clara nuestra misión en la vida, recordar a diario que estamos vivos por razones inimaginables y que venimos a la tierra con un propósito; es por eso que hoy te invito a
trabajar en ti, a conocerte bien y a hacerte amigo de ti mismo. Somos lo que hacemos a diario, lo que soñamos, lo que pensamos, lo que decimos. Somos nuestra taza de café y nuestras prisas por la mañana. Somos el agua caliente de la ducha y el reflejo del sol en
nuestra cara. Somos lo que imaginamos, lo que conocemos, lo que creamos. Somos magia, estamos hechos para brillar, para evolucionar, para trascender. Somos lágrimas derramadas, suspiros robados, buenas carcajadas, decisiones, acciones, errores y aciertos. Somos responsabilidades, deberes y disciplina, alegrías, tristezas y miedos. Somos un misterio lleno de acertijos, laberintos, entradas y salidas. Un universo entero lleno de noches negras y grandes estrellas. Somos amaneceres, esperanza y fe. Somos nuestro primer pensamiento al despertar y el último al irnos a la cama. Somos el infinito lleno de posibilidades ,pues tenemos la gran fortuna de que en cualquier momento podemos elegir ser algo más. Así que la próxima vez que alguien te pregunte quién eres, tendrás una gama
infinita de respuestas, no lo olvides, eres quien tú deseas ser.