Muchas veces, dentro de la maternidad, suelen llegar días en los cuales sentimos que nadie nos comprende, que nadie nos desea escuchar, siquiera ver. Hay días en donde sentimos que no encajamos con el resto de nuestras amistades o con personas que forman nuestro círculo. Días en los cuales ni siquiera sentimos la compañía o comprensión de nuestra pareja.
Es un fenómeno que muchas mujeres llegamos a vivir una vez que nos convertimos en madres, porque creemos que nadie entiende por todo lo que estamos pasando día con día y nos podemos llegar a sentir poco comprendidas; es algo completamente normal. Pero, ¿por qué sucede esto? Simplemente porque nuestros círculos de amistad, con quienes posiblemente habrías compartido tantas vivencias y momentos juntos, ya no están en la misma sintonía. Los planes para ellas y ellos siguen siendo los mismos, los horarios, las salidas, las pláticas; pero los tuyos ya no encajan con estos: tú ya tienes horarios y rutinas, estás ocupada con una o más personitas que te necesitan y, sobre todo, ahora los temas de conversación pueden llegar a ser totalmente desconocidos para ti.
Aquí lo importante es saber que las personas que te quieren en su vida siempre estarán para ti, para procurarte, platicar y saber de ti, aunque ya no exista tanto en común como antes solía haberlo. Y quienes ya no encajan con tu nueva vida, también está bien si deciden ya no formar parte de ella. Se respeta.
A veces nos aferramos a amistades de años atrás, sin darnos cuenta que siempre podemos formar nuevas relaciones y, aún mejor, relaciones que encajen más con nuestra nueva vida como mamás. Podemos buscar nuevos grupos de mamás, espacios donde podamos compartir momentos divertidos con otras madres e hijos y crear nuevos vínculos; pero siempre y cuando sean amistades sinceras que aporten, nutran, sumen y no que resten. Amistades sinceras y auténticas, porque no merecemos brindarle nuestro tiempo, sentir y cariño a personas que en realidad no se preocupan genuinamente de nosotras o por nosotras. Merecemos amistades de verdad.
Nuestras vidas se han modificado de ciertas maneras y qué mejor que adaptarnos a estos cambios acompañadas de personas que nos puedan entender. No tenemos por que vivir esta etapa en soledad o poco comprendidas, siempre podemos abrir nuestra confianza y corazón a nuevas personas que sean gustosas de ser parte de nuestras vidas como MAMÁS.
