¿FUIMOS CREADOS CON POLVO, MAÍZ, ARCILLA O AGUA? | Saltillo360

¿FUIMOS CREADOS CON POLVO, MAÍZ, ARCILLA O AGUA?

¿Fuimos creados con polvo, maíz, arcilla o agua?

No pocos comentarios me llegaron del anterior texto aquí editado (justo cuando esta publicación cumplía sus primeras 500 ediciones. No poca cosa, caray. De colección todas las ediciones), donde abordamos la raíz mítica o la leyenda de la creación del hombre americano a través de una arista gastronómica: estamos hechos de maíz. 

Y es que son fascinantes y conmovedores los mitos y leyendas de la creación del hombre a través de las diversas culturas y pueblos en el devenir de la historia. En estas tradiciones y leyendas, encontramos diferentes versiones y creencias; la mayor parte de estas historias tienen un aspecto en común: fuimos moldeados por él o los dioses y casi siempre mediante una raíz alimenticia

Muchas culturas nativas, autóctonas, ya casi borradas por la civilización implacable, basan sus mitos de creación en su entorno natural y allí mantienen su raíz simbólica y cosmovisión particular. Aún hoy, en ciertas regiones de Yucatán, los nativos le rinden tributo al dios Chaac, su deidad de la lluvia. En palabras de los antropólogos Christian H. Rasmussen y Silvia Terán: “no hay lluvia hasta que Dios sepa que la gente la necesita. Por eso estamos obligados a hacer la ceremonia del Ch’a cháak. Los antiguos, nuestros abuelos, decían que si no lo hacemos, seremos castigados”, según reza un testimonio por ellos recogido. 

Lo vimos la ocasión pasada, para los mayas, específicamente en el “Popol Vuh”, se relata que los dioses trataron de crear al hombre con varios elementos (barro y madera, por ejemplo), pero no lograron insuflarle vida. Un soplo de vida. Sí, hasta que lo hicieron con un alimento básico de América: el maíz. Somos hijos del maíz.

Los mitos nórdicos tienen su propia escenografía: se cuenta que el gigante primordial Ymir fue creado cuando se fundieron el hielo frío del Niflheim y las llamas del Muspeilehim. De su cuerpo entonces surgieron dos árboles: un fresno llamado Ask (representando al varón) y un olmo llamado Embla (la varona). Pero note usted que no varían mucho las leyendas y mitos en todas las condiciones y simbología de los nativos antiguos y de las tribus en el mundo: estamos formados por elementos naturales, entidades vivas y, por lo general, alimentos: el maíz, el agua, los árboles, las semillas, el aire, la arcilla, el polvo; la madre tierra, pues. 

Aunque se lo platiqué a trompicones esta vez, es necesario ahondar en ello y son varios puntos los denominadores comunes identificables: primero, los hombres fuimos creados por uno o varios dioses superiores. Dos: es necesario un soplo, vértigo o respiración que insufle eso, vida. Se usan materiales o ingredientes sagrados o divinos para dicha creación (alimentos, agua, sangre, arcilla, barro, lodo). Y, por último, hay una especial conexión o simbología entre lo divino y lo terrenal. Es decir, se toma una o varias partes del cuerpo del varón, para que luego de ello nazca la varona. La hembra, pues. Mucho por explorar.   

Jesus R. Cedillo

Escritor y periodista saltillense. Ha publicado en los principales diarios y revistas de México. Ganador de siete premios de periodismo cultural de la UAdeC en diversos géneros periodísticos.