La columna de hoy no estará tan enfocada meramente en la maternidad como las demás. Quiero hablar y compartir mi experiencia con un tema que hoy tengo muy presente en mi vida.
Nuestro día a día y nuestro estado de ánimo, en muchas ocasiones, depende de las personas que nos rodean: si nos tratan de la manera que deseamos, si nos hacen una mala cara o algún gesto de desagrado, si nos responden de manera diferente a lo que esperábamos, si nuestra pareja no nos abraza como suele hacerlo, o si nuestros amigos se alejan por unos días. Tenemos la constante necesidad de, automáticamente, mirarnos a nosotros mismos y pensar: “¿Qué hice mal?”. Empezamos a crear ideas equivocadas en nuestra cabeza, nos inventamos historias o nos atormentamos por algo que creemos que dijimos, hicimos, o que simplemente sucedió.
En realidad, tenemos que entender que no debemos tomarnos las cosas de manera personal. Debemos darnos cuenta de que cada persona está viviendo su propio caos o su propia felicidad. Necesitamos centrarnos en nosotros mismos, en lo que estamos logrando, en las cosas buenas que hacemos como personas y en quienes nos rodean. No es un proceso sencillo; cuesta trabajo, y lo sé, porque sigo en este constante proceso y camino para lograr lo que digo. Sin embargo, la forma en que nos sentimos y nuestro bienestar diario no deberían depender de nadie más, sino solo de nosotros mismos.
Si quiero ser feliz y estar en paz, eso depende de mí. No puedo poner mi felicidad en manos de los demás: ni de mi esposo, ni de mis hijas, ni de mi familia, ni de la familia de mi esposo, ni de mis amigas. Cada uno debe trabajar en sí mismo, trabajar duro en lo que ama, ser una buena persona, hacer actos de gratitud, ser empático, amar y apreciar a quienes nos rodean. Debemos mantener cerca a las personas que nos aportan y suman a nuestras vidas, y alejarnos de quienes solo restan o nos quitan la paz. Lo mismo aplica para las situaciones que puedan robarnos la tranquilidad. Mi tranquilidad, mi paz, mi amor propio, mi fortaleza para enfrentar situaciones y mi felicidad dependen de mí.
