Nadie nos enseña a amarnos. Bueno, a mí en la escuela nunca me dieron una clase o plática referente al tema, tampoco recuerdo haberlo escuchado mucho en casa o que fuera parte de las conversaciones con mis amigas. Más bien, siempre hablábamos del amor que le teníamos a los demás: novios, amigos, familia, artistas, etc.
Conforme fuimos creciendo y con las herramientas que estaban a nuestro alcance, así como las experiencias de vida, fuimos formando nuestro concepto sobre el amor propio, y de muchas formas lo pusimos en práctica. Me alegra que hoy en día este concepto sea tan popular y que exista mucha información al respecto: cursos, talleres, libros, frases, imágenes, clases; pues trabajarlo, desarrollarlo y llevarlo a la práctica hace que podamos transitar la vida de una mejor manera y tener relaciones más sanas.
¿Qué es el amor propio?
“Para mí, el amor propio es un camino de autodescubrimiento, de conocernos, de sentirnos, de explorarnos. Un recorrido largo, confuso, lleno de matices y sumamente gratificante.
“Es encontrarnos, reconocernos, buscarnos y reconstruirnos. La mejor y más desafiante relación que podemos tener. Sin duda, un proceso integral de nuestra persona que va mucho más allá del cuidado físico, más bien es el respeto hacia nuestra vida”. Mariana, 35 años
Para mis amigas, el amor propio es:
“Es preocuparme por mí de una manera integral, desde mi salud física, mental, espiritual, mis relaciones y mi entorno; de tal manera que yo sea lo más importante, para poder dar amor a los demás”. Irene, 35 años
“Amor propio es ponerme a mí en primer lugar, para así poder cuidar y brindar amor a los seres que me rodean”. Laura, 35 años
“Es aceptarme, valorarme y cuidarme. Reconocer mis defectos y, aunque hay que tratar de mejorarlos, también ser feliz con ellos”. Karla, 34 años
“Es quererte a ti mismo tal y como eres. Cuidarte, respetarte, ser amable contigo. Es aceptar que no somos perfectos y aún así saber que somos valiosos por lo que somos. Es tomarte el tiempo para lo que te hace feliz y ponerte como prioridad”. Cristina, 34 años
“Es cuidarme física y mentalmente, prestarme atención, poner límites, enfrentar miedos y perdonar mi pasado”. Caro, 34 años
“Es respetarte con virtudes y defectos, quererte; y si ves uno o un área de oportunidad, cambiarlo de raíz, aceptándolo. No por imposición o por alguien más”. Mónica, 40 años
“Es saber y estar consciente de que, aunque no eres perfecta, vales demasiado por todo lo que eres. Aceptarte y amarte tal cual”. Brenda, 40 años
“Es saber lo valioso que eres, con virtudes e imperfecciones, procurando el respeto a uno mismo, estableciendo límites y anteponiendo tus necesidades y deseos”. Andrea, 49 años
“Es el respeto, la aceptación y cuidado hacia uno mismo. Darnos el valor que merecemos mientras buscamos nuestro bienestar, aunque eso implique tomar decisiones que no queremos y poner límites. Ponernos en primer lugar, sin culpa”. Maye, 40 años
“Es conocerte, aceptarte como eres y luchar por lo que quieres”. Bere, 36 años
“Es saber reconocerte, saber tus fortalezas y debilidades. Aceptarte como eres, independientemente de tus éxitos o fracasos”. Rebeca, 36 años
“Es todo aquello que quieres para los que amas, que a veces te enfocas en los demás y te olvidas de ti misma. Todo eso hay que buscarlo primero en nosotros, mental, físico y espiritual”. Sonia, 36 años
Gracias, amigas, por compartir sus sentimientos y platicar conmigo de este tema tan importante y apasionante. ¿Tú ya tienes tu definición? La puedes compartir en mi Instagram @demuchasformass