Cada vez que alguna de mis amigas cumple años, se casa, corta con su novio, cambia de trabajo, se muda a vivir otra ciudad, recuerdo el momento justo cuando nuestras vidas coincidían en tiempo, espacio y forma.
Nos encontrábamos en un punto en donde estar presentes físicamente se lograba de una manera sencilla, en donde teníamos “casi” los mismos gustos y sueños.
Era esa parte de la vida en donde aún no definíamos nuestros objetivos y menos nos angustiábamos por conocer nuestro propósito de vida o saber hacia dónde íbamos a volar.
Aquéllos tiempos cuando toda nuestra energía, tiempo y pensamientos se concentraban únicamente en planear la próxima reunión, aconsejarnos y exponer nuestros “problemas´´.
Nos pasaban cosas muy “similares “a todas; reprobábamos materias, salíamos con un chico, teníamos noches de grandes fiestas, nos castigaban y el corazón se nos rompía cada fin de semana.
¿Cuántos años han pasado?
No lo sé, yo no lo mido en años; lo mido en las vidas tan distintas que cada una tenemos, lo mido en los caminos diferentes que cada una hemos tomado, lo mido en kilómetros tan lejanos de donde nos encontramos, lo mido en bodas, en hijos, en triunfos, logros y fracasos.
También lo mido en un sinfín de mensajes para tomarnos un café, o un millón de compromisos antes de nuestra próxima reunión, mientras nos ponemos de acuerdo.
Y, ver ahora en las mujeres que nos hemos convertido, en los sueños que logramos y los que dejamos en el camino, que se quedaron por ahí sin realizar.
Y sabes que… ¡Me encanta!
Me encanta el que los tiempos de todas sean diferentes, si una tiene una boda espectacular, la otra tiene el trabajo tan anhelado o alguna empieza una nueva relación. Y creo que de esto precisamente se trata el destino, de las elecciones y de los tiempos que nos tiene preparada la vida. Y si, de muchas formas siempre estamos eligiendo.
Reconfortante saber que los lazos no se rompen por no ir en la misma dirección, que se vale cambiar el rumbo y rodearte de nuevas personas porque al final de cuentas sabes que “ellas” siempre te acompañarán y estarán contigo en este gran viaje, porque son amistades que han estado en las buenas y en las malas, te conocen, saben por lo que has pasado y aunque no como antes, de muchas formas estarán presentes con el mismo cariño y corazón de siempre.
Así que si en este momento atraviesas por alguna situación similar, en donde alguna de tus amigas cercanas está iniciando un nuevo recorrido, si la extrañas, si están viviendo aventuras distintas, no te angusties, es parte de la vida y estoy segura que muy pronto habrá un reencuentro.