Un lugar que debería ser Pueblo Mágico.
Desde que investigamos qué actividades hacer y qué rutas tomar en nuestro viaje a Ecuador, la ciudad de Baños de Agua Santa, mejor conocida como Baños, siempre aparecía en todas las páginas de viajes y en todas las recomendaciones de quienes han visitado este lugar. Se le considera como la puerta de ingreso a la Amazonía ecuatoriana. El nombre de Baños se debe a las aguas termales de la zona que también son consideradas aguas curativas.
Durante el viaje en carretera y entre más nos íbamos acercando a Baños, el paisaje era realmente sorprendente: por un lado se podía apreciar cómo la gente del pueblo siembra en las laderas de casi todas las montañas que rodeaban el camino y, por otra parte, la gran cantidad de cascadas que pudimos apreciar, eran realmente espectaculares.
Las fotografías expuestas en Internet o tomadas desde el celular nunca podrán hacerle justicia a lo que los ojos del ser humano son capaces de percibir, realmente es inexplicable -hasta describirlo en este editorial- lo que Baños le ofrece a sus visitantes. Si esta ciudad existiera en México definitivamente sería un Pueblo Mágico, por la gran diversidad de atributos, historia y por su gran atractivo sociocultural. Como las grandes letras blancas de aluminio de Hollywood, unas similares en la montaña y a lo lejos nos daban la bienvenida: BAÑOS OS SALUDA.
Llegamos a esta ciudad a las 19 horas sin saber en qué hotel nos hospedaríamos, de hecho, y de manera frecuente, no planeamos a detalle los viajes y nos permitimos disfrutar más la aventura del día a día, y así nos hemos sorprendido de la cantidad de personas, situaciones y bendiciones que la vida nos tiene preparadas cuando estamos abiertos a recibir.
Sacamos nuestros celulares y entramos a la aplicación de Booking, que nos arrojó diferentes opciones para quedarnos. El lugar elegido fue el Hotel de Mi Pueblo, el cual se ubicaba a tres minutos del lugar donde nos encontrábamos. Al entrar en la recepción, la señorita nos ofreció cuatro diferentes habitaciones, una difícil elección, ya que todas tenían algo especial. Nos quedamos en la que tenía terraza con hamaca y con vista directa a la Cascada Cabellera de la Virgen. A cualquier hora del día, ver y escuchar la cascada desde nuestra terraza era realmente admirable.
Viajar a cualquier parte del mundo es un privilegio; sin embargo, aunque no lo parezca, viajar también es desgastante y llega un momento en que el cuerpo pide un poco de relajación. Visitar Baños y no bañarse en una de sus tantas aguas termales es realmente como no haber ido a esta ciudad, ya que sus balnearios le ofrecen al cuerpo un antiestrés natural. Por esto mismo, y siguiendo esta misma actividad, otra de las experiencias que no pudimos dejar pasar fue la de los baños de cajón en el Refugio Spa Garden. Los baños de cajón son una variación de los baños de vapor, estos se alternan -en cuatro fases- con baños con agua muy fría para llevar al cuerpo a estos cambios bruscos de temperatura, pero con grandes beneficios.
Continuará…
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