Entre montañas y nubes, así es como se producen los vinos de Los Cedros, cuya bodega espera recibir a todo aquel que desee consentir su paladar. Hicimos un recorrido y te presentamos los detalles.
Fotos: Omar Saucedo
Si usted toma el camino hacia Bodega Los Cedros, se dará cuenta que en menos de lo que espera disfrutará de la hermosa vista que ofrece la Sierra de Arteaga. El verdor lo acompañará hasta llegar a los viñedos de la familia Villarreal, en donde se producen vinos de altura, y a pesar de que el dicho dice: “el vino es goce, no pose”, los coahuilenses sabemos que podemos disfrutar de un buen vino y al mismo tiempo conocer y apreciar todo lo que envuelve este maravilloso mundo. Así, en Bodega Los Cedros los visitantes pueden recorrer la construcción que tuvo por encargo el arquitecto Jorge Conde, quien puso esmero en crear un lugar tanto bello como funcional. Y que, por supuesto, cumpliera con todas las características y condiciones que requiere una bodega propia de la vitinicultura.
“Rosendo (hijo) y yo comenzamos esto de manera profesional allá por el 2011 o 2012”, dijo en entrevista para VANGUARDIA, David Villarreal Berlanga, uno de los propietarios del lugar. En aquel entonces, su padre Rosendo Villarreal Dávila, cosechó algunas uvas para la producción de vino. La familia pronto se dio cuenta de que, a pesar de que las poquitas uvas no tuvieron el mejor cuidado, sí tenían potencial. En ese sentido, pusieron manos a la obra, se lo tomaron en serio, trajeron plantas de Francia y se lanzó la primera botella, Primicias, que fue maquilada por Casa Madero, a partir de ahí, se contó con la orientación del enólogo español: José Trillo, y en el 2016 los vinos salieron al mercado, logrando hasta ahora 27 medallas.
Elogio al vino
Según David Villarreal, existen tres vertientes que distinguen a Los Cedros: “producir nuestra uva, maquilar para aquellos que están comenzando en esto y la parte turística”. Con miras a plantar otro viñedo que se ubique en la salida a Monclova (pero que todo llegue a Los Cedros), el empresario confía en que vendrán tiempos mejores para la producción. Si recordamos, el año pasado la Sierra de Arteaga sufrió estragos luego de la fuerte helada que se registró. En abril del 2018, VANGUARDIA notificó que al menos 400 empresarios y ejidatarios se enfrentaron a pérdidas millonarias. Afortunadamente el consumo de vino en nuestro estado, y fuera de éste, sigue creciendo y los vinos procedentes de Los Cedros cuentan con gran demanda.
El Chardonay (Blanco), un vino limpio y brillante; el Rosado, pálido y frutal; el Pinot Noir, con ligeras notas de madera; el Malbec, corpulento y de color rojo púrpura; y el Fusión, de gran frutalidad y notas tostadas, son la variedad de vinos que podemos encontrar en Los Cedros, sin embargo no es solamente degustarlos, se trata de abrir la mente, el paladar y hasta el corazón. ¿Por qué?, porque están hechos con pasión. Se ha tenido especial cuidado en cada proceso, desde el trabajo en el laboratorio, la zona de producción, las barricas, antes el estrujado y despalillado, hasta la humedad. Como dice David Villarreal, “todo tiene un por qué, en todo momento hay lógica en los procesos”.
El orgullo de los Villarreal se nota. Durante el recorrido que esta casa editorial hizo en Bodega Los Cedros, nos enteramos que ésta es la primera bodega del tipo que construye Jorge Conde. “¡Imagínate, es un trabajo que agarró (Conde) con mucha pasión, fue a ver bodegas en California, en Valle de Guadalupe… Todo está conectado, muy ligado, es muy funcional”, agregó David Villarreal.
Recorrido por las nubes
Al llegar a Los Cedros (30 minutos desde Saltillo), los viñedos se extienden por los dos lados del camino, mientras que al fondo la bodega impone con sus columnas de piedra. Ahí, lo recibirá una pequeña fuente con el logo de Los Cedros, tres pinos, sencillos y elegantes. Luego, encontrará la tienda, próxima a recibir a los visitantes con la oferta de vinos, así como souvenir y artículos referentes al mundo del vino. El laboratorio, parte fundamental de la bodega, le dejará ver que ahí se analizan las uvas, desde su pH, hasta su acidez.
La sala de fermentación lo dejará boquiabierto, ahí sucede mucha de la magia, los tanques reciben, con su temperatura adecuada, las semillas y cáscaras de las uvas, que fueron previamente seleccionadas. Todo ahí alista la fermentación, pero antes de seguir, es importante mencionar al campo. Nada sería posible si el campo no fuera tratado con cuidado y respeto. La sofisticación viene, precisamente, de una conciencia a la hora de la cosecha, solo así se lograrán uvas maduras.
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En 2009 nuestro padre, Rosendo A. Villarreal nos invitó a plantar un viñedo y a producir los vinos de altura y gran calidad de Bodega Los Cedros.
Hablar de barricas es hablar de cosas mayores. Al pasar a la bodega de las barricas, el olor lo enamorará. Con la orientación del enólogo José Trillo, y con la finalidad de lograr vinos con mayor sabor, las barricas se compraron en Francia. “En México sucedía anteriormente que los los vinos mexicanos tenían mucho sabor a madera, por eso cuidamos mucho la nutrición, es decir, mandamos analizar las hojas, ésto originalmente en un laboratorio en Texas y ahora en un laboratorio mexicano, porque queremos que todo sea mexicano y gracias a Dios hay una evolución muy buena en el país”, agregó David.
Para él, la enseñanza ha sido grande. Conforme se embarcó en esta aventura, David Villarreal junto a sus padres Rosendo Villarreal Dávila y María Berlanga de Villarreal; su esposa Verónica Valdés de Villarreal; su hermano Rosendo Villarreal Berlanga y la esposa de éste, Claudia Valdés de Villarreal, se ha empapado de conocimiento, cada vez es mayor el amor que la familia le tiene al proyecto porque han descubierto inimaginables cosas. “El enólogo nos ha ayudado mucho y nos han visitado casas de barricas, y entre cada marca hemos ido probando que se adecua a nosotros, pero eso es de uno o dos años, hay muchas variantes y vas escogiendo, siempre corrigiendo y buscando lo mejor para nuestros vinos”, dijo.
La humedad tiene su importancia. “Nuestro vino siempre está en su temperatura ideal”, dijo el empresario, quien contó que los corchos y las botellas tienen un significado especial, así como las etiquetas. “Todo es muy interesante, por ejemplo los corchos que usamos en el Rosado son de material semisintético, hechos con fibra de caña de azúcar, parte del moviento ‘green’. Las botellas las adquirimos en Francia, pero la fábrica ya está en México. Nuestras etiquetas se conforman de un diseño que emula las nubes y las montañas, porque estamos hablando de vino de altura”.
¿Quiénes pueden visitar Bodega Los Cedros?
Amantes del vino, inexpertos, familias (no niños), enólogos, grupos de amigos, parejas… todo aquel que desee consentir el paladar. Además, aquellos que se dediquen a la industria, ya que se pondrá a su disposición salas de juntas con vistas a los viñedos y la sala de fermentación. No hay pretexto, todos podemos apreciar y degustar un buen vino (o varios) de Los Cedros.
Si usted desea visitar Bodega Los Cedros, no dude en contactarse a través del correo: info@bodegaloscedros.com. También se encuentran en Instagram y Facebook como @bodegaloscedros y en su sitio web bodegaloscedros.com
Cinco medallas de oro para Los Cedros
Premios obtenidos
https://www.instagram.com/p/BzwgfknhaAc/
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