El aislamiento por la pandemia Covid-19 te puede dejar una costumbre positiva en cuanto a tus hábitos alimenticios.
Dado que la ocasión amerita casa y hacer una lista precisa de los productos a limitar al máximo las salidas, es ideal planear con antelación la comida de varios días, aprovechar lo que tienes en adquirir, sin caer en compras de pánico ni en la tentación de elegir alimentos procesados para que te duren más.
Alimentos congelados
Elabora un menú semanal y prepara alimentos más saludables. El primer menú va a ser un poco tardado porque no estás acostumbrada a comer todos los días en tu casa; pero, después, será más fácil.
Para evitar aburrirte con los mismos platillos, varia los colores y texturas, sobre todo donde estén involucradas las frutas y verduras ya que, para lograr una dieta equilibrada, es necesario comer cinco equivalentes a dicho grupo.
“Alterna las frutas y aventuras para la colación de la mañana y de la noche, a fin de que la familia coma más sano. Por ejemplo, un plato de jícama con limón, o zanahorias o betabel en trozos pequeños”.
Debby Braun, ingeniera en alimentos
Lo mismo ocurre con la proteína, así que puedes preparar pechuga de pollo asada y, al tercer día, hamburguesas de pollo.
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Evita enfermedades
Ten orden en la preparación de los alimentos, haz un menú, un listado y lleva una limpieza en la cocina, esto te ayudará a estar más tranquila porque, además de lo de este coronavirus, tener problemas de salmonelosis o alguna enfermedad gástrica es lo que menos te conviene ahorita.
Por último, antes de ir a abastecer tu despensa, la autora del libro ‘Higiene en la cocina’ (2015) sugiere dividir tus necesidades por grupos, sin perder de vista el espacio que tengas en el refrigerador y el congelador, pues corres el riesgo de que no toda la compra quepa en ellos.
Frutas
Las que abundan en esta temporada casi todas, salvo los frutos rojos, pueden permanecer fuera del refrigerador. Hay que comprar de diferentes estados de madurez para que tengas para los primeros días y para los últimos.
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Verduras
Compra las que vas a consumir frescas (cuyo aporte de vitaminas será mayor) y las que emplearás tras un proceso de cocción. En las segundas, es indispensable refrigerarlas y recordar que su vida útil oscila entre los cinco y siete días.
Si haces algún platillo de guarnición para ir junto al plato principal, como unas calabacitas o unos chayotes con papa, prepara suficiente y divídelo en dos o tres porciones para congelar.
Lácteos
En cuanto a la leche, las alternativas son comprar presentaciones ultrapasteurizadas para que no ocupe mucho espacio del refri o, bien, elegir leche en polvo. En general, no hay que comprar grandes cantidades debido a las altas temperaturas registradas en estas fechas.
En cuanto al resto de alimentos, como grasas, aceites, oleaginosas, almendras, leguminosas, cereales, etcétera, no hay mayor problema pues no requieren refrigeración.
