La británica Carey Mulligan, Vuelve a conquistar la pantalla Grande con su “personaje” más Real en el drama ‘wildlife’
Por Fabián Waintal
Demostrando que el cine es la industria más internacional del mundo, Carey Mulligan estrenó en persona su película ‘Wildlife’ abriendo el Festival de Sundance, para viajar después hasta el Festival de Cannes donde volvió a subir los famosos escalones de la alfombra roja del Teatro Lumiere. Y en un lugar tan exclusivo donde incluso hasta prohibieron los selfies, nosotros también volamos en un avión para entrevistarla, para hablar del tema y… sacarnos un selfie!!!
– Hay quienes dicen que la alfombra roja no tiene demasiado que ver con el cine y sin embargo es una de las partes más importante de los festivales ¿Se disfruta desde el otro lado?
– Hay algo realmente increíble en el hecho de pararte delante de la gente, sobre una alfombra roja, con aquellos con los que filmaste una película, como la mejor forma de celebrarlo. Son esos veinte segundos maravillosos, pero el resto es bastante difícil. Yo disfruté el momento en que estuvimos parados con el director Paul Dano, para celebrar el estreno europeo de ‘Wildlife’, juntos. Lo bueno del festival de Cannes y la película es que no se trata de ‘Black Panther’, no es una superproducción de superhéroes y un lugar así resulta una plataforma increíble para hablar del tema. En ese sentido, la alfombra roja es muy útil, pero no es algo que pueda disfrutarlo a pleno. ¿Sueno suficientemente honesta? (Risas).
El mismo mes que Carey pasó por Cannes, apenas le faltaba una semana para cumplir 32 años. Y habiendo nacido en Londres, mucho más cerca de Francia que de Hollywood, es increíble la carrera que Carey Mulligan logró del otro lado del Océano Atlántico. Antes de aparecer a los 18 años, con el rol de Kitty Bennet, con Keira Knightley en la película ‘Pride & Prejudice’ o aquel personaje de la huérfana Ada Clare en la serie de la BBC ‘Bleak House’, ella ya había demostrado su pasión con la actuación cuando en el último año de la escuela Woldingham se animó a participar en la producción de ‘Sweet Charity’. El prestigio internacional tampoco tardó en llegar, cuando la nominaron al Oscar por la película ‘An Education’ (aunque perdió frente a Sandra Bullock) y Oliver Stone la eligió para acompañar a Michael Douglas y Shia LaBeouf en la segunda versión de ‘Wall Street’. Y más allá de un famoso noviazgo con Shia LaBeouf, hoy está felizmente casada con el cantante Marcus Mumford del grupo Mumford & Sons. En realidad, habían sido amigos desde la infancia y se habían vuelto a encontrar gracias al cine, cuando filmaron juntos la película de los hermanos Coen ‘Inside Llewyn Davis’. Incluso se casaron unas semanas después de terminar con el rodaje, en abril del 2012, para tener los dos hijos Evelyn Grace (en Septiembre el 2015) y Wilfred (en Agosto del 2017). Y la nueva película ‘Wildlife’ tiene bastante que ver con padres e hijos, aunque es un drama donde un jovencito ve como se está destruyendo el matrimonio de sus padres después que su madre se enamora de otro hombre.
– ¿En cierta forma, no necesitas sacar un ‘selfie’ virtual de tu vida para encontrar un punto en común con tus personajes de cine?
– Lo que realmente me identificó más con ‘Wildlife’ al menos cuando leí el guion fue ver alguien que un día se despierta y se da cuenta que el tiempo pasó. Ese sentimiento de pánico que puede darte cuando te das cuenta que ya no cuentas con 21 años, que nunca mas vas a tener la misma libertad, que tu vida cambió de curso, te despierta y da terror en cierta forma. Todas las versiones de la vida que ella imaginaba en su adolescencia desaparecieron. Ahora era madre de un hijo de 14 años, en un matrimonio donde no era feliz, en un lugar que ni siquiera le gustaba. Y la película creo que prueba todas las identidades que pudo haber tenido si su vida hubiera tenido otro rumbo.
– ¿Este es el estilo de roles que buscas siempre a la hora de aceptar un guion de cine?
– Me gustan los personajes de mujeres que son reales. Lo que me gustó tanto de ‘Wildlife’ con la actuación es que sus fallas son una trenza que incluso discute con el esposo cuando le plantea si está discutiendo todas sus fallas. Y es muy difícil de encontrar mujeres que fallan en el cine. Nos censuran a las mujeres con ese estilo de historias. Trabajé antes en otros trabajos donde mi personaje de una novela originalmente se comportaba de una forma para nada placentera moralmente y las representé en el estudio, pero a la hora de editar la versión final, las terminaron cortando. Cuando yo pregunté lo que había pasado, llegaron a decirme que al público no le gustaría que yo no fuera tan buena. Y por ahí pasa una pésima forma de pensar. No creo que sea cierto. Soy de las que creen que si no muestras una persona con todas sus fallas, no estás mostrando a la persona tal cual es.
– ¿Las diferencias que hoy se descubren en Hollywood entre el hombre y la mujer figuran también en los roles de un guion, donde de pronto se celebra si un hombre es infiel pero se castiga si la mujer resulta ser la infiel, como pasa en ‘Wildlife’?
– Tal cual. Suele celebrarse al hombre más allá de todos sus errores y muy pocas veces vemos a una mujer infiel en cine. Pero por supuesto, sucede todo el tiempo con los hombres. Es algo que pasa en la vida, pero no queremos verlo.
– El año pasado dijiste que las mujeres que dirigen cine tienen que cruzar barreras mucho más grandes que los hombres ¿Crees que esa presión es la que también las lleva a mejorar?
– Me parece que es así. Espero que logremos un balance. Pero también hay gente que hace buen cine y no tuvieron la misma oportunidad que tienen los hombres que dirigen cine. Dee Rees, por ejemplo. Ella debería dirigir algo. Creo que es una genia y si fuera hombre, hubiera tenido muchas más oportunidades, más rápido. Seguramente van a venir, pero es por todo lo que pasó en estos últimos tiempos, con el movimiento Times Up.
– ¿Crees que llegue algún progreso real o solo es una moda?
– Yo soy optimista. En el pasado hubo épocas donde hubo roles excelentes para las mujeres y todos estaban entusiasmados pensando que se venía un cambio definitivo. Fue el año en que Cate Blanchett iba a filmar ‘Valentine’. Pero después volvimos a lo mismo. Las estadísticas también no son mejores porque las mujeres siguen ocupando el 25% del cine. Todavía hay mucho por mejorar y por supuesto va a tomar tiempo, pero creo que vamos por el buen camino.
– Marcando las diferencias, en Cannes se discutió el rol de la mujer en la industria del cine donde solo tres películas se presentaron en la competencia con mujeres como directoras. Pero en tu caso trabajaste con muchas mujeres directoras, desde ‘An Education’ hasta ‘Suffragette’ ¿Las buscaste en particular o te llamaron ellas?
– No es algo que yo busqué. Supongo que tuve mucha suerte con el trabajo que me han permitido conseguir. Simplemente me ofrecieron buenos roles. En Londres, hace poco también hice una obra de teatro con Lyndsey Turner, una directora de teatro increíble. Pero no es para nada deliberado, me crucé en el camino con directoras realmente brillantes. Con la película ‘Surgette’, también me dirigió una mujer. Pura casualidad.
– ¿Es cierto que la película ‘An Education’ no te había gustado para nada?
– Bueno… yo la había visto en Los Angeles una semana antes de estrenar en Sundance y llamé a mi madre diciéndole que me parecía terrible, que no podía ir a Sundance, que nos iba a ir pésimo y nos iban a echar (Risas). Nunca me había visto tanto en una pantalla de cine antes y pensé que era aburrida. Mostraban demasiado mi rostro todo el tiempo y yo no hacía nada más que mirar cosas… Fue muy extraño, pero les gustó a todos y desencadenó una serie de eventos que nos llevaron hasta el Oscar, como una completa locura. Hoy, me arrepiento de no haberlo disfrutado. Hubo tantas cosas buenas como el Globo de Oro, pero hasta el final no me di cuenta que podía ser una oportunidad única en la vida.
– ¿Y la experiencia del Oscar?
– Sí, ahí, fue genial. Pero a ese punto ya me estaba dado cuenta que todo ya estaba terminando y empecé a disfrutarlo, solo por eso.
– Netflix consiguió varias nominaciones al Oscar en la última ceremonia gracias a ‘Mudbound’, pero después no compitieron en Cannes porque se niegan a estrenar en una sala de cine francesa antes del ‘streaming’¿En qué lado de esa batalla estás?
– En el caso de ‘Mudbound’, realmente había sido producida en forma independiente y terminó siendo adquirida por Netflix. Incluso habíamos ido a Sundance y aunque le gustó a la gente, nadie la compró. No hubo un millón de ofertas para ‘Mudbound’.
– ¿Qué crees que pasó?
– A lo mejor le faltaba una superestrella de cine, más allá de Mary J. Blige, que pudo haber conseguido que alguien comprara la película mucho más rápido. No sé. Tampoco me interesa demasiado, pero Netflix nos brindó una plataforma, una posibilidad para que la gente la vea. En ese sentido, yo tengo que estar agradecida.
– ¿Te gustaría ver algún otro cambio que no viste hasta ahora, desde el escándalo de Harvey Weisntein?
– Creo que hay tanto más por hacer… pero la conversación siempre es buena. Yo estaba trabajando con el Teatro de la Corte Real cuando pasó el escándalo de Harvey Weinstein y a partir de eso en Londres impusieron un código de conducta desde el momento que empiezan los ensayos, donde todos tienen que leerlos, detallando el comportamiento que se espera en el campo de trabajo.
– ¿La lucha de derechos también va mucho más allá de los abusos sexuales?
– Sí, pero creo que la generación de jóvenes llega también con mucho más poder para opinar o ser escuchados. Por eso vivimos esta revolución. En mi caso, muchas veces, por ser mujer no tuvieron en cuenta lo que yo quise decir y me parece también un estilo de abuso. Y hoy, muchas actrices jóvenes se sienten más fuertes por decir lo que importa y no tienen miedo en decir lo que opinan en voz alta.
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