Sin duda alguna, nos encontramos en la época más calurosa del año. ¿Debes tener algún cuidado especial? ¿Puedes disfrutar de las vacaciones?
Te cuidas del sol solo cuando vas a la playa o a la piscina. Nos olvides que el sol también te afecta en la ciudad. Recuerda que la exposición puede ser perjudicial para tu salud si no tomas las precauciones necesarias: un buen bloqueador, uso de lentes oscuros y sombreros de ala ancha, y evita las horas de mayor índice de radiación. Estando embarazada, es primordial tener mayor cuidado con tu piel pues, tienden a presentarse manchas y marcarse con facilidad. Un consejo adicional, procura utilizar ropa adecuada para la época y evita el uso de telas sintéticas.
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Luce tu embarazo en la playa.
Otro punto de suma importancia, es la hidratación y consumir alimentos frescos. Por lo general, en estos meses, las diarreas son más frecuentes. Por eso, debes evitar consumir aquellos productos de los que no sabes la procedencia ni cómo fueron preparados. Pero si se te antoja un helado o algo frío, ¡adelante! no hay ningún problema.
¡Cuidado con las caídas!
Si vas a la playa o piscina debes tener sumo cuidado con el riesgo de las caídas. Al estar embarazada, puedes perder el equilibrio con mayor facilidad. Por ello, lo recomendable es meterte al mar con compañía o definitivamente no hacerlo.
En cuanto a la alberca, entrar en ella es beneficioso para las molestias en la espalda y las piernas. Disfruta, no te preocupes pero ten mucho cuidado con el suelo resbaloso.
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Es malo para una embarazada tomar el sol.
Tomando en cuenta estas precauciones podrás disfrutar del verano al máximo. No olvides continuar tus controles y mantener una alimentación balanceada siempre. Si tienes alguna duda más al respecto, consúltalo con tu médico, es la persona indicada para orientarte y darte consejos.