Algunos piensan que las obras de arte famosas pierden su enigma una vez que ganan fama. Kelly Grovier, un famoso crítico y experto de arte dice que es por el contrario: las pinturas famosas siempre te pueden revelar un nuevo lado oculto. Checa estos cudros y sus detalles ocultos.
La joven de la perla, Johannes Vermeer (1665)
Como el nombre implica, el cuadro utiliza un pendiente de perla como punto focal. Los artistas utilizaban pinturas con pigmentos de perlas, para sorpresa, el arete en la pintura de Vermeer no contiene nada de eso. El efecto brillante de la perla se logró al poner un fondo negro y luego un color blanco.
El grito, Edvard Munch (1893)
Los críticos de arte han señalado varias veces que la cara de este ícono impresionista fue inspirada en las momias peruanas que el artista vio en museos parisinos. Y todavía hay quien cree que esta es la tecnofobia que inspiró la cara pálida de la figura. Si la vez más de cerca, no es difícil distinguir la forma de un foco en la cara gritando.
El beso, Gustav Klimt (1907)
Klimt por lo general añade detalles curiosos a sus trabajos, y esta famosa pintura no es la excepción. El pintor era un apasionado de la microbiología. De hecho, en su época, Viena era la ciudad de las innovaciones médicas, entre las cuales estaba el descubrimiento de los tipos sanguíneos por Karl Landsteiner en 1900. Klimt disfrutaba ver las células y los tejidos bajo el microscopio. En su cuadro puedes notar que el vestido de la figura femenina está decorado con células, un pequeño detalle que transforma una historia de amor al respeto del artista por la vida y la medicina.
El nacimiento de Venus, Sandro Botticelli, (1482-1485)
En este cuadro el viento juego con el cabello de Venus formando un perfecto espiral. Esta es una referencia a una regla matemática descubierta por los griegos. La pintura del renacimiento fue realizada en el origen de la belleza: el balance y la proporción. Además siguió las regls antiguas que envuelven todo en un círculo perfecto.
El jardín de las delicias, Hieronymus Bosch, (1505-1510)
Tal vez te preguntes ¿qué hay de especial en un niño llevando un huevo en la cabeza? Para empezar la pintura de Bosch es una oda a la religión Cristiana, y el huevo tiene un significado simbólico: la resurrección de Cristo, con este detalle el artista pretende resaltar la presencia de Dios en sus obras. Además el huevo es una metáfora de la vida. De hecho existen varios objetos que tienen la forma de un huevo en la pintura.
Un baño en Asnières, Georges Seurat (1884)
La chimenea de la fábrica que se ve al fondo de la pintura es un tributo al químico francés quien inventó una técnica de colores que dio vida al puntillismo como género neo impresionista. Michel Eugene Chevreul descubrió que dos colores combinados tienen el efecto de un tercer color a la distancia. Pero ¿por qué Seurat pintó chimeneas como tributo? Simplemente porque Chevreul también descubrió una técnica de hacer velas utilizada en las fábricas en aquel tiempo.
Tapiz de Bayeux, artista desconocido (1077)
Es un lienzo de 70 metros bordado del siglo XI que relata, mediante imágenes, los hechos previos a la conquista normanda de Inglaterra, que culminó con la batalla de Hastings. El rey normano Harold fue asesinado en el campo de batalla por una flecha en su cabeza, lo cual es exactamente lo que el lienzo revela.
