Hay que hacer un détox emocional
El inicio de año nuevo nos permite hacer cambios de muchas formas, retomar proyectos pendientes, enumerar prioridades, tomar decisiones y más.
Estamos contagiados por el positivismo, la alegría y la emoción de lo nuevo, que nos hace analizar más a fondo nuestra vida, rutina y hábitos.
Y aunque está claro que esto lo podemos hacer cualquier día del año, nos gustan los ciclos, los calendarios e ir junto con la corriente y por eso enero es el mes con más promesas, planes, lleno de sueños, activo y disciplinado.
Y ya que estamos encarrilados nuevamente en la rutina después de tanta celebración, muchos optamos por realizar un “détox” y eliminar el consumo de todo aquello que nos hace daño.
No solo nuestra alimentación es la que debemos cambiar, ni eliminar los lácteos, carbohidratos y comida chatarra. También hay que hacer un détox emocional y dejar ir todo lo que nos duele, lo que nos frena y nos impide estar bien con nosotros mismos.
Dejar ir esas amistades que nos manipulan, que están solamente en los buenos momentos y se desaparecen cuando atravesamos por malas rachas.
Dejar ir los chismes, las habladurías, y el miedo al “qué dirán.”
Dejar ir los fracasos y levantarnos con la frente en alto para volverlo a intentar una y mil veces más.
Dejar ir los momentos dolorosos y no aférranos al sufrimiento; pedir ayuda profesional para sanar y superar los daños.
Dejar ir las peleas, las discusiones y la negatividad; aprender a perdonar de corazón y estar conscientes de que cada persona piensa diferente y es enriquecedor.
Dejar ir las quejas; ser agradecidos y usar palabras en positivo.
Dejar ir los malos pensamientos; enfocarnos en todo lo bueno que nos acontece.
Dejar ir las prisas; regalarnos tiempo de calidad y encontrar un balance en todos los aspectos de nuestra vida.
Dejar ir el pasado; eliminar objetos que nos hacen añorarlo, abrir los ojos para nuevas oportunidades.
Dejar ir aquellos hábitos que nos quitan energía; planear nuestro día a día e ir mejorando poco a poco nuestra rutina.
Así como lo plasma Silvia Olmedo en su libro Détox Emocional, “El principal factor para la desintoxicación emocional es la toma de decisiones, el empoderamiento, así como la capacidad de ejercer y discernir tu propia voluntad. El proceso es gradual, “no aprenderás a enfrentar a las personas o cosas tóxicas en tu vida de la noche a la mañana, es un trabajo que se va realizando poco a poco y que comienza por identificar el problema.”
(Creo que vamos por buen camino.)
LA AUTORA
Mujer apasionada por encontrar un propósito en la vida. Licenciada en Ciencias de la Comunicación. Enamorada de las letras y del sentimiento que provoca el transmitir ideas, expresiones y conocimientos.