10 recomendaciones para las mejores vacaciones (con niños)
- Un horario: Qué aburrido, lo sé. Suena a tedio. Pero es lo mejor que le puede pasar a la familia. Es la oportunidad perfecta para sacarle provecho al tiempo. El niño puede poner la cantidad de horas de pantalla que quiera, mientras también ponga tiempo para leer, para hacer ejercicio o jugar afuera, para estar con los demás (familia y amigos) y, por qué no, para rezar un poco también. Un horario es un instrumento para viajar en el tiempo, y aprovecharlo.
- Un libro: Nuevo de preferencia, para explorar el placer de ir a una librería, de buscar un título interesante y darse, un pasón de olor a libro nuevo. Es una buena iniciación. Y, si en vacaciones puede terminarlo, es un gran logro. Las vacaciones en que leí tal o cual libro, es una sensación de triunfo que no se olvida. Ojalá, puedas leer con ellos antes de dormir. O durante el día, que te vean leyendo a ti también.
- Un interés nuevo: dinosaurios, planetas, flores, béisbol, pasteles, lo que fuera. Y buscar que explore y conozca un mundo nuevo durante las vacaciones. Decorar la recámara y cambiar las sábanas por unas alusivas a ese interés. Buscar el póster o el rompecabezas alusivo a aquello que se explora. En el fondo es una oportunidad de aprender a tener intereses. A darse un clavado en el hobbie o la afición. Logrará, de esta manera entender cómo entender cosas nuevas y hacer inmersión en nuevos intereses.
- Encargos: Las vacaciones son un momento perfecto para aprender a tender la cama, por ejemplo. En principio, no hay la excusa del tiempo. Para que recolecten los botes de basura y la pongan en el basurero grande. Para limpiar ventanas y cortar el césped del jardín, bañar al perro… Saber ordenar, limpiar y reparar, por ejemplo, son importantes en la vida. Pocos encargos, pero serios y de consecuencia. Para empezar a hacerse cargo de la vida.
- Aire libre: Salir al jardín, al parque, subir un árbol, patear un balón. Correr y gritar. Caerse, rasparse y levantarse. Subirse a la bicicleta o a los patines, al subibaja. Estar al sol y sudar un buen rato. O ir a la piscina. Te ayudará por las noches, cuando sea hora de dormir. Y si lo haces con frecuencia, poco a poco verás que hay menos leones enjaulados en tu casa.
- Autonomía: ¿Sed? Ahí está el garrafón. ¿Hambre? Hazte tu propio sándwich. No estoy fomentando la desatención de los niños, pero sí, poco a poco su autonomía. En vacaciones hay tiempo suficiente para acompañarlos a que vayan haciéndose cargo de sus propias cosas.
- Hacer la maleta. Si viajan, es un momento estupendo para aprender a empacar y que vayan entendiendo cuánto pesan sus cosas, así como qué cosas deben de ir de viaje con él o ella y cómo se guardan. La habilidad de viajar ligero y cargar con su propio peso, se enseña temprano y se agradece para siempre.
- Cocinar: En tiempos de fitness puede ser útil no ser inútil en la cocina. Prender el fuego, preparar los ingredientes, mezclar y revolver. El orgullo de haber hecho la comida, o una parte de ella. También, los postres y la repostería, hay más tiempo y la comida es cosa buena. Aprovechen.
- Los amigos: Júntalos, deja que los tuyos sean anfitriones en tu casa. Así les enseñamos a estar pendientes de los demás y es buen momento para conocer a los amigos de tus hijos, pasando tiempo juntos. El cine, el videojuego, el fútbol, las escondidas, las muñecas, el té…todo es más divertido (y enriquecedor) cuando son más.
- Ver la tele: Hay mucho que ver hoy en día, y hay también mucho que no ver. Pero en vacaciones le puedes transmitir ese gusto tuyo o de tu cónyuge por las películas que te marcaron a ti. Las historias que nos alimentan son importantes y en los días sin escuela, las trilogías del Señor de Los Anillos, las películas de Harry Potter o la Guerra de las Galaxias, Indiana Jones, etc… son buenos momentos para convivir en familia y escuchar las historias de lugares lejanos, con personajes muy humanos y muy heroicos a la vez. Linda oportunidad de aprovechar el tiempo.