¿Vas a cumplir años? ¿Aniversario de bodas? O simplemente necesitas unos días para volver a cargar tu cuerpo de energía, toma tus maletas y descubre el encanto, la historia y la belleza de los pueblos mágicos de Oaxaca.
La mejor forma de hacer un recorrido a través de los Pueblos Mágicos de Oaxaca es hacer base en la capital del estado y moverte desde ahí hacia los diferentes sentidos. Cuando estés en la ciudad, puedes pedir informes en la Secretaría de Turismo…
Capulálpam de Méndez
Edificios de cantera amarilla y techos de teja, calles empedradas y empinadas, enormes y verdes cerros en el horizonte: así es el paisaje en Capulálpam. Además de visitar el fascinante Centro de Medicina Tradicional y la antigua catedral, tienes que visitar el Centro Recreativo Los Molinos y gozar de unas deliciosas enfrijoladas de tasajo.
Huautla de Jiménez
Atravesar la neblina que circula por el Cerro de la Adoración mientras escuchas los sonidos de la naturaleza te hará comprender la magia de Huautla. En esta encantadora localidad de la sierra de Oaxaca puedes visitar el museo de María Sabina, la chamana más famosa de México, y hacer un recorrido por las fincas que producen el mejor café de la región.
Mazunte
Famoso por sus espectaculares atardeceres, naturaleza virgen, vibra hippie y ambiente relajado, este Pueblo Mágico de Oaxaca prácticamente no necesita de una introducción. Puedes pasar un día entero absorbiendo el calor del sol, recorrer sus calles empedradas en busca de artesanías y hasta liberar tortugas bebés. Lo imperdible es el atardecer desde Punta Cometa.
San Pablo Villa de Mitla
La época de oro de los mixtecos y zapotecos resuena como eco en San Pablo Mitla, un Pueblo Mágico de Oaxaca que te transportará al pasado con sus edificios y su vibrante energía. Además de la impresionante zona arqueológica, en este lugar te esperan bellas iglesias, museos, un mercado artesanal y deliciosos moles de todos los colores.
San Pedro y San Pablo Teposcolula
La atracción principal en este apacible pueblito es el ex Templo de San Pedro y San Pablo. Después de funcionar muchos años como templo, ha sido biblioteca, colegio y cuartel militar, hemeroteca, café, almacén y, actualmente, Museo de la Luz. Es un verdadero prodigio de la arquitectura que no te dejará indiferente.
