Sentarme a escribir no ha sido tarea sencilla en estos meses. Primeramente, por todas las distracciones que tengo en mi vida y porque las redes sociales han acaparado mi tiempo de ocio, de descanso o para realizar un hobby. El tener tanta información a la mano y la posibilidad de hacer todo con inteligencia artificial, han vuelto difícil encontrar concentración, motivación y pasión para expresarme con las letras. La vida, en lo personal, está transcurriendo con tal rapidez, que darme un espacio para estar en calma y redactar me ha costado trabajo, pues siempre hay algo que ver, escuchar, aprender, crear, subir o compartir. Son pocos los momentos que se sienten personales, únicamente míos y para mi bienestar interior.
El saber qué queremos en la vida es una de las preguntas más complicadas de responder e inconscientemente vivimos con esta incógnita. Es bueno ir descubriendo qué es aquello que deseamos tener, sentir y vivir. Quizás estamos equivocados en la forma de plantearnos nuestro futuro y lo que visualizamos, el alcanzar únicamente cierto estatus y éxito profesional.
En una entrevista que le hicieron, el actor Gerardo Méndez comenta sobre el gran amor que le tiene a su trabajo. Sin embargo, conforme pasan los años, quiere hacerlo menos; para él, tener tiempo para disfrutar con sus amigos, estar en la playa leyendo un libro o tocar el ukelele es realmente el significado de vivir. No somos nuestro trabajo, somos mucho más que empresarios, directores o trabajadores. El tener tiempo para escribir, meditar, hacer ejercicio y caminar al aire libre no es negociable, a pesar de las ocupaciones, las distracciones y las labores.
Hacer conciencia de lo que nos hace bien, de lo que nos produce endorfinas y dopamina, nos llevará a encontrar nuestro camino, a poder resolver la incógnita de qué deseamos para nuestro futuro y empezar a crear la vida que merecemos.
Yo no deseo vivir a prisa, no quiero llegar tarde, ni faltar en las fechas importantes de mi familia y amigos. Yo deseo sentirme fuerte, preparada, saludable, en paz y feliz.
Caminar ligera, tener rutinas que me lleven a cumplir mis objetivos y estar consciente, son algo que sin duda puedo hacer desde hoy. Un trabajo diario que conlleva sacrificios, una mente abierta y mucha voluntad de cambio. ¿Estoy preparada? No lo sé, lo que sé es que mi mente, mi cuerpo y mi corazón me están pidiendo estar consciente y presente en todos los ámbitos.
Y aunque cueste trabajo volver a retomar aquellas actividades que nos gustan mucho y de verdad disfrutamos, es bueno y muy placentero volver. Solo es cuestión de tener voluntad, disciplina y organización para no dejar a un lado lo que nos hace bien y desconectarnos de la información que circula alrededor de nosotros y de nuestros pensamientos.
Conectarnos con nosotros mismos y buscar acciones que nos hagan liberar estrés y ansiedad, nos llevarán a sentir y a redefinir el concepto del éxito.