Con estos consejos podrás conseguir imprimir tus fotografías con gran calidad
Ajusta el brillo de tu monitor Utiliza los botones del menú de tu monitor en la pantalla. Tu software de calibración te debe de ayudar a confirmar que el brillo de tu monitor está entre lo 90 y 100 lumens. Si el brillo de tu monitor está por arriba de estos valores será más difícil predecir como se verá tu imagen en otros dispositivos y posiblemente tus impresiones queden obscuras. Por el contrario, si tu monitor está más obscuro que este rango, tus blancos aparecerán muy apagados y probablemente no logres ver las sutiles sombras que existen en tu archivo.
Mide el espacio de color y crea el perfil Una vez ajustado tu punto blanco y tu brillo (y en algunos casos tu punto gamma en 2.2) todo lo que queda es darle clic y dejar que el software haga su trabajo. Después de haber medido la capacidad de tu monitor, tu software de administración del color generará un perfil ICC que ayudará a crear un mapa. Cuando guardes los resultados, es importante que el archivo de tu perfil ICC tenga la fecha. Este archivo se cargara de manera automática cuando enciendas tu computadora, hasta que hayas creado un perfil nuevo. Lo recomendable es perfilar tu monitor al menos una vez al mes. Confirma la calibración de tu monitor Después de haber calibrado, compara algunas imágenes impresas contra tu monitor. Pon especial atención a los colores neutrales identificando que no tengan influencia de otros colores o tonos, si notas alguna, repite el proceso.
Calibra tu monitor mensualmente o cada vez que las condiciones de tu espacio de edición cambien significativamente. Una de las grandes ventajas de calibrar tu monitor con un dispositivo estándar, neutral es que si está debidamente calibrado, cualquier monitor, viejo o nuevo , debe de generar un aspecto similar si no idéntico del mismo archivo. Por lo cual, no tendrás que volver a realizar ajustes a tus imágenes cuando las veas en otro monitor. No todos los monitores fueron creados igual. Los monitores inteligentes, son más costosos y te ofrecen una mayor saturación del color (una gama más amplia como Adobe 1998 en lugar de RGB), y la habilidad de ajustar el brillo de manera más precisa. En mi caso utilizo un monitor EIZO ColorEdge CG277. El valor del tiempo y el dinero invertido en un buen monitor y el del tiempo en calibrarlo se recupera de manera rápida. Lo anterior sin tomar en cuenta el gozo de procesar tus imágenes.