Íñigo Rumayor y Rodrigo Treviño trabajan para que las personas puedan realizar sus pagos de manera más sencilla y rápida, desde Nueva York y Ciudad de México.
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Íñigo Rumayor Belausteguigoitia y Rodrigo Treviño Abedrop son socios de Arcus, una plataforma de pagos que da servicio a empresas en Estados Unidos, México y Latinoamérica, como bancos, neo-bancos, wallets, cadenas comerciales, entre otros.
Ambos dejaron Saltillo para estudiar sus carreras profesionales, Íñigo en la Universidad de Pensilvania y Rodrigo en la Universidad Anáhuac en Ciudad de México. A través de su labor, han podido contribuir a que la vida de las personas sea más sencilla.
“Saber que mes con mes millones de personas hicieron sus pagos un poquito más fácil y rápido gracias a nuestro trabajo nos da una gran satisfacción”, expresaron.
Íñigo vive en Nueva York, anteriormente también estuvo en Filadelfia, Los Ángeles, San Francisco y Ciudad de México. Lo que más le gusta de la ciudad es que siempre hay cosas nuevas por hacer, restaurantes por explorar y está llena de una energía increíble. Al principio le costó mucho el idioma y conectar con las personas, pero poco a poco se fue acostumbrando.
“La vida en el extranjero, y en especial en Estados Unidos, es más solitaria. Empezar de cero siempre es difícil, especialmente cuando te mudas tanto de ciudad”, explicó.
Rodrigo radica en Ciudad de México. Le sorprende su diversidad a nivel cultural y todo lo que se produce a partir de ésta. Vivió el choque que conlleva mudarse a una ciudad tan grande: todo es más rápido, la gente es fría pero abierta a hacer nuevas relaciones.
“La densidad de población también hace que tengas que cambiar algunos aspectos de tu estilo de vida; por ejemplo, en la Ciudad de México es muy común vivir en departamentos, cuando en Saltillo es más común vivir en casa”, apuntó.
La pandemia de COVID-19 modificó su esquema de trabajo, pues aunque ya contaban con políticas que permitían 40 por ciento de homeoffice, tuvieron que cambiar al 100 por ciento, y algunos proyectos se detuvieron. Sin embargo, la situación obligó a que se aceleraran los medios de pagos digitales, nicho en el que participan.
La incertidumbre fue el mayor reto, pues es enemigo de la planeación, una parte muy importante del negocio. “A inicios de la pandemia tuvimos que realizar ajustes con la poca información que se tenía. Ahora, después de algunos meses, analizando en retrospectiva, vemos que tomamos las decisiones correctas”, afirmaron.
Además, esta crisis les permitió volver a Saltillo para pasar tiempo con sus familias y reconectar con varias personas. Íñigo reflexionó sobre cómo la única constante es el cambio y hay que estar listos para adaptarse lo más rápido posible.
“Esta pandemia es la primera crisis que me toca vivir, y aunque ha sido muy dura, me ha enseñado que hay que agradecer lo que tenemos cada día”, contó Íñigo.
Mientras que Rodrigo ha pensado en cómo los avances tecnológicos aumentaron en los últimos meses. “De por sí antes de la pandemia ya vivíamos en una época de cambios acelerados, ahora se están presentando cambios a ritmos nunca antes vistos”.
A futuro, Rodrigo permanecerá en Ciudad de México, porque la mayoría de sus clientes se encuentran allí. Íñigo trata de vivir el presente, aunque le gustaría eventualmente regresar a México.
“Tomen retos, sean creativos, viajen, lean, conozcan gente, reinventen lo que ya existe e inventen lo que no, siempre hay espacio para mejorar, no se conformen. Con trabajo duro se puede llegar a donde sea”.
Íñigo Rumayor y Rodrigo Treviño
¿Qué es lo que más extrañas de Saltillo?
I: Mi familia, amigos y Los Pioneros.
R: Principalmente la familia y amigos; pero también la barbacoa norteña, las tortillas de harina y, sobre todo, la tranquilidad de la ciudad. En la Ciudad de México todo el tiempo estás corriendo.
Anécdota de Saltillo que pone una sonrisa en tu cara:
I: Tengo muchas y recuerdo con mucha alegría mi tiempo en Saltillo. Muchas historias en el Cumbres y en el Tec.
R: Siempre me acuerdo cuando de niño iba los fines de semana a ayudar a mis abuelos a atender la Zapatería Francis en el centro. Siempre voy a recordarlo con una sonrisa, toda la gente siempre muy amistosa, La Bola todos los días en su puesto de periódicos, las gorditas mañaneras de La Campana cruzando la calle, la Alameda a algunos pasos. Buenos recuerdos.
¿Qué es lo que más añoras de comida de Saltillo?
I: Los Pioneros. Siempre que vuelvo es una parada obligada.
R: Las enchiladas de la Casa del Caballo. Ya no existe la Casa del Caballo, pero esas enchiladas son mi comida favorita de Saltillo.
¿Qué le agradeces a Saltillo?
I: Recuerdo mi infancia con mucha alegría, especialmente gracias a mi familia y amigos. En Saltillo, conocí a gente que ha cambiado mi vida, desde el proceso de irme a estudiar a Estados Unidos hasta arrancar el negocio.
R: Agradezco la formación que me dio. Creo que Saltillo es un excelente lugar para formar a una persona, la gente es buena, de familia, trabajadora y con carácter. Una buena combinación.
Comida y bebida favorita:
I: Carne asada y una cerveza.
R: Mi comida favorita es la japonesa y la bebida una buena cerveza.
Lugar favorito para comer y lugar turístico en sus ciudades:
I: Nueva York tiene muchos lugares turísticos y excelentes restaurantes. Mi lugar favorito es Central Park y el restaurante Cafe Gitane.
R: Recomendaría la pizzería Cancino en la Fuente de la Cibeles de la Colonia Roma. Y de postre, un rol de guayaba de la panadería Rosetta, que se encuentra a algunas cuadras de distancia. Y por lugar turístico recomendaría las trajineras de Xochimilco.