Este restaurante ha recreado platillos tradicionales con un nuevo toque y explosión de sazón
El restaurante “La Barra 1910” se encuentra ubicado en la calle Garza García 215 oriente en pleno centro neurálgico de Apodaca, Nuevo León. Y le contaba aquí en texto pasado, lo paradójico es que es uno de los mejores restaurantes de Monterrey, sin estar en Monterrey.
Atestado por ejecutivos e industriales norteamericanos, coreanos y claro, grupos animados de nacionales, vuelvo a platicarle de este centro gastronómico por varios motivos a saber: no le conté aquí de varios platillos de rechupete que tienen y que en el texto anterior no alcancé a deletrearlo. Y por otro motivo más, este proyecto y concepto que ya está bien afincado en el paladar de los regiomontanos, es simiente de un par de hermanos emprendedores, Oscar y Eduardo Jiménez los cuales son de… Nueva Rosita, Coahuila.
Avecindados en Monterrey desde hace al menos 5 lustros, lo más interesante de todo esto es que el empresario mayor, Oscar Jiménez Cruz, estuvo aquí en Saltillo picando piedra también en negocios al menos tres años. Este fue el iniciador aquí en la ciudad de lo que en aquel momento se conoció como los “Servicar.” Con risa de por medio, el empresario me dice que, “aquel que puede hacer negocios y sobrevivir en Saltillo, lo puede hacer en cualquier parte del mundo…” Oscar es un mar de historias y anécdotas de lo que vivió aquí en la ciudad, la gente que le puso “piedritas” y “piedrotas” en su camino y la manera en que no pocas veces lo esquilmaron sus “socios” saltillenses. Me reservo los nombres, pero es gente de sobra conocida, los cuales gozan de cierta reputación ambivalente (para bien y para mal) en los negocios en la localidad.
De escándalo y miedo sus anécdotas de lo que le pasó en Saltillo, donde al final de cuentas, no se quedó. Donde si echó raíces este aguerrido norteño, nativo de Nueva Rosita, es en Monterrey y ahora, en Apodaca, con este restaurante donde han recreado platillos tradicionales con un nuevo toque y explosión de sazón. Es el caso de una sencilla pero sustanciosa sopa de fideos… con frijoles. Le hablé ya de sus tacos de fideos para chuparse dedos, literalmente; pero no le conté de su “Aguachile de rib eye” o una creación recién implementada, “Molcajete con chicharrón.” Y, como los clientes son los que mandan, a últimas fechas y debido a la calidad de su carne, los comensales empezaron a pedir las muy norteñas parrilladas que alcanzan para un regimiento de revolucionarios.
Su gerente, Sonia Hernández, me habla de un antojo el cual no había deletreado aquí, pero el cual es también socorrido y sabe a gloria: una hamburguesa. Y sabe de lo que habla y cocinan. Oscar y Eduardo son dueños de pequeños puestos y locales acogedores por toda el área urbana que tienen su sello personal de hamburguesas y amenidades de este tipo: “Oscar Burguer” y “Estación JC.” Restaurantes de este tipo de comida rápida y apetitosa están en Cumbres, Apodaca, Concordia, Contry, Carretera Nacional… Si usted no es carnívoro, puede pedir dos pastas italianas disponibles, dignas de elogio.
O bien, decántese usted por el “Mole Andrea”, realizado con ingredientes milimétricamente puestos y escogidos precisamente por la cocinera del lugar, doña Andrea. De antología. No puede faltar en este final, un postre de otra galaxia, mi favorito: pan de elote horneado en el momento, al cual adornan con una bola de nieve a su gusto, bañado con cajeta. Pídalo señor lector, ya luego nada es igual. “La Barra 1910” de Apodaca, mejor que nunca.