“T-shirt”, polera, playera, polera, polo o franela son algunos de los nombres que recibe la mítica camiseta, una prenda fresca, ligera y cómoda que con el paso del tiempo ha mostrado su lado rebelde y contestatario.
De manga corta, sin botones y cuello a la caja, así es de sencillo es el patrón de la camiseta que se utiliza para andar por casa, para dormir, hacer deporte, ir a la oficina, salir a cenar y también a bailar.
Hoy se presenta en infinidad de formas y colores, además de mostrar su lado contestataria con potentes mensajes sobre temas sociales, medioambientales o políticos.
En los 80, la diseñadora Katharine Hamnett inventó la camiseta con mensaje, una idea copiada hasta la saciedad que nunca pensó que alcanzaría cotas de éxito tan altas. “Pero está bien que sea así, eso demuestra que a todos nos interesan las mismas cosas“, dice en una entrevista a EFE.
Foto: El país
Antes de ser icono de moda, la camiseta tuvo otros cometidos. En la Edad Media, los soldados la utilizaban como parapeto a las rozaduras de las armaduras y los nobles como evitar que el sudor manchara sus telas adamascadas.
Sin embargo, tal y como conocemos hoy la camiseta nació en Europa en 1913 con la función de ser ropa interior, modesta. Años, después, Coco Chanel la mostró al exterior y la decoró con rayas marineras.
Tras la II Guerra Mundial, la camiseta sufrió una transformación, paso de ser una prenda de exterior. Y así, en 1948 aparece el primer modelo con un mensaje impreso como una importante herramienta para apoyar la candidatura de Thomas E. Denwey.
Foto:Mil dedales
El cine también se fijó en ella y descubrió su poder de seducción. Actores como Marlon Brando en “Un tranvía llamado deseo” o James Dean en “Rebelde sin causa” se convirtieron en hombres deseados.
En 1962, el diseñador francés Christian Dior la elevó a categoría la combinó con prendas de alta costura. Fueron años en los que las feministas también lucían camisetas con igualdad de género.
En la década de los 70, Yves Saint Lauren la subió a la pasarela y la mostró con su logotipo, las míticas “YSL”.
Foto: YSL
En los 80, Adolfo Domínguez vistió a Sonny Crockett, Don Johnson en la serie “Miami Vice” con traje de chaqueta y camiseta, una combinación que aligeró el traje sin perder elegancia.
En esta década también se utilizó la camiseta para manifestar estilo de vida de grupos de rock o tribus urbanas, se convierte junto a los pantalones vaqueros en uniforme habitual para ir a conciertos y vivir la calle.
Foto:T13
A finales del siglo XX, la camiseta vive un “boom” y se empiezan a hacer diseños personalizados. Jean Paul Gaultier las vuelve a poner de moda con diseños marinero y Giogio Armani la convierte en su prenda fetiche en versión blanca o negra.
Míticas resultan los modelos de algodón con letras en mayúsculas y mensajes claros y directos como “CHOOSE LIFE” (Elegid la vida), mensajes antibélicos como el que lució George Michael en uno de los vídeos de Wham!.
Otros de los más conocidos en su momento fueron “USE CONDOM” (Usa condón), que lució Naomi Campbello o “PEACE” (paz), ideados por Katharine Hamnett, que también centró sus mensajes en la política antimisiles, la dramática situación de África y la sostenibilidad medioambiental.
Asegura que los mensajes de las camisetas son “muy importantes” y no debe haber límite para ellos porque la Tierra “está amenazada por la actividad humana” y añade que se necesitan mensajes que aborden esta situación y ofrezcan soluciones.