Desde que nacemos nos enfrentamos a una continua transformación
El otoño es la cosecha – no sólo lo que está en nuestros jardines, sino también lo que está en nuestras vidas. Podemos cosechar nuevas ideas, nuevos comportamientos y nuevas resoluciones.
“Cada año se le iba a uno parte de sí mismo con las hojas que caían en los árboles, a medida que las ramas se quedaban desnudas frente al viento. Pero siempre pensaba uno que la primavera volvería” Hemingway.
Desde que nacemos nos enfrentamos a una continua transformación, cambiamos en todos los aspectos, físico, de pensamientos, gustos, actividades, de circunstancias y de muchas formas más.
Conforme pasa el tiempo y vamos creciendo, nos cuesta más trabajo hacerlo y pareciera que, aunque lo llevamos practicando mucho tiempo, no nos acostumbramos a ello.
El miedo, la incertidumbre y hasta la ansiedad se apoderan de nosotros y ponemos resistencia para que el cambio no se realice y luchamos de alguna manera para permanecer en el mismo lugar.
La mayoría de las veces lo que nos trae más problemas es el querer permanecer igual y no darnos la oportunidad de desprendernos de nuestras costumbres o rutinas que ya tenemos dominadas, que nos hacen sentir cómodos pero no felices, mantenernos en nuestra zona de confort.
Lo incierto, lo nuevo, lo desconocido asusta y a la vez emociona; debemos de tener en cuenta y nunca olvidar que cuando se cierra una puerta se abren muchas otras más, aprender a reconocer la culminación de un ciclo, ya sea en cuestiones personales, amorosas o laborales. Y aprovechar el momento para tomar nuevos caminos, emprender nuevos proyectos, relacionarnos con nuevas personas, conocer otros lugares y darle la bienvenida a tiempos mejores.
Los cambios a simple vista no siempre parecen ser muy buenos, quizás porque son planeados y muy analizados pero conforme va avanzando el tiempo, nos demuestran su amabilidad y flexibilidad hacia nosotros.
Lo importante es enfrentarlos con la mejor actitud y aprovechar al máximo las oportunidades que nos ofrecen; abrazarlos y hacerlos parte de nuestro día a día.
Así que aprovechemos este cambio de temporada para soltar todo lo que ya no encaja con nuestra personalidad y estilo de vida; saquemos lo viejo y renovemos todo aquello que para nosotros ya está pasado de moda, desprendernos de las hojas secas que ya no necesitamos y prepararnos para en un futuro no muy lejano renacer.
LA AUTORA
Mujer apasionada por encontrar un propósito en la vida. Licenciada en Ciencias de la Comunicación. Enamorada de las letras y del sentimiento que provoca el transmitir ideas, expresiones y conocimientos.