Porque lo de hoy son los bolsos tipo cesto que arrasan con todo esta temporada.
Algunas imágenes que resumen el espíritu del chic: Jackie Kennedy con sandalias griegas en Capri, Grace Kelly con jersey de nudos en su barco de Cannes, Audrey Hepburn con camiseta y canotier de gondolero, Jane Birkin con jeans y una cesta de mimbre. Todas con un gesto en común: la apropiación de una prenda sencilla que ellas hicieron suya. El arte vanguardista había ensayado la fórmula, y la moda la copió: descontextualizar un elemento para darle una nueva dimensión es un golpe de efecto seguro.
Seguramente Jane Birkin no buscaba provocar cuando prefirió un simple capazo a un bolso de lujo, pero su actitud tenía una parte de rebeldía. La actriz hacía una declaración de intenciones: lo agreste frente a lo civilizado, lo inocente frente a lo afectado, lo anónimo frente al logo. La elección era coherente con su modo de vida, alejado del star system marquista y esnob.
Birkin compró su famoso cesto con tapa en Castro Marim, un pueblo del Algarve portugués. Hoy la marca Bonjour Coco se enorgullece de comercializar el original en dos tamaños. En su web, el grande 200 euros lo lleva Leandra Medine; el pequeño, que cuesta 150 euros, lo sujeta Jeanne Damas. ¿Precio original de los capachos en una tienda del sur de Portugal? Unos 35 euros. Las manos expertas que fabrican las cestas originales tardan tres días en acabar el producto, trenzando con cuidado el mimbre humedecido.
Los canastos más bonitos tienen el mismo aspecto que hace doscientos años, y viven en las tienditas de los pueblos de mar: Biarritz, San Juan de Luz, Hamptons, Saint Malo, Comporta, Esauira… Su heredera es la cesta de lujo, que juega conscientemente en una liga más coqueta. Dolce & Gabbana, Kayu, Ulla Johnson, Donni o Rosie Assoulin tienen maravillas que conservan elespíritu descomplicado, feliz y salvaje del cesto.
Cierto: en el momento en el que pierde su funcionalidad y deviene un objeto de estatus, el capazo se convierte en otra cosa: un capazo consciente de sí mismo. Una cesta donde los pescadores guardaban los pulpos y las sardinas de pronto pasea por las calles de Brooklyn del bracito de Mari Giudicelli otra fan, o visita la Soho House de Londres con Alexa Chung. Pero no hay nada malo en ello; es un objeto bello y útil que merece tener otras vidas, más allá de la cotidiana. La moda frivoliza algunas de las cosas que toca, pero tambiénrescata y homenajea objetos que de otro modo quedarían olvidados y quizá dejarían de producirse. La consigna es clara: este verano, adopta una cesta.
Highlight El costo
Estas hermosas bolsas pueden llegar a costar más de 300 euros.