Fernanda Alvarado
El vino es una de las bebidas alcohólicas más antiguas y de mayor consumo alrededor del mundo, por lo que existen distintas investigaciones que nos han llevado a descubrir algunas propiedades benefactoras para la salud. El afamado científico francés Louis Pasteur ya afirmaba que “el vino es la más sana e higiénica de las bebidas”.
De acuerdo con un reciente estudio publicado en la prestigiosa revista médica The Lancet, donde se reúne la mayor base de datos científicos a la fecha, beber alcohol no es tan saludable como se creía, sin embargo, hay mucha controversia en el tema pues también existe evidencia sólida sobre las propiedades nutrimentales y los beneficios a la salud a partir del consumo moderado de vino tinto.
Cuida la línea
A diferencia de lo que se cree, el vino tinto es una de las mejores opciones de bebidas alcohólicas cuando se quiere cuidar la línea. Un vaso de 200 mililitros contiene un aproximado de 170 kilocalorías y, dependiendo del grado de alcohol, entre 5 y 8 gramos de hidratos de carbono. Modera su consumo y acompáñalo siempre con agua natural o mineral.
Si bien el consumo moderado de vino tinto ha mostrado tener algunos beneficios a la salud, es importante recalcar que beber en exceso es uno de los principales factores de riesgo de muerte prematura y discapacidad.
Salud cardiovascular
Los antioxidantes más importantes del vino tinto son los flavonoides (proantocianidinas) y el resveratrol. Estas sustancias son cardioprotectoras al reducir la coagulación de la sangre y la inflamación celular. Incluir pequeñas cantidades de vino tinto (150 ml por día) dentro de una dieta saludable puede reducir el riesgo cardio y cerebrovascular pues favorece el aumento de HDL o “colesterol bueno” y reduce significativamente el LDL o “colesterol malo”. Sin embargo, una mayor ingesta resulta contraproducente pues aumenta radicalmente el riesgo de enfermedad cardiaca.
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Salud digestiva
De acuerdo a una investigación publicada en The American Journal of Clinical Nutrition, beber vino tinto con moderación favorece a la microbiota (antes conocida como flora intestinal). Esto se debe a que los polifenoles contenidos en el vino ejercen un efecto prebiótico, lo que favorece la calidad y la cantidad de las bacterias benéficas en el intestino. Mantener una buena colonia de bacterias no solo favorece la salud digestiva, también fortalece el sistema inmunológico y previene la aparición de distintas enfermedades.
Potente antioxidante
El vino tinto se caracteriza por ser rico en ácidos fenólicos y polifenoles, poderosos antioxidantes que se encuentran en altas concentraciones en la piel de la uva y las semillas, y se liberan en el proceso de fermentación. Estas sustancias combaten a los radicales libres. Es la forma en la que el organismo protege a las células del desgaste diario, así como de numerosas enfermedades.