Una boda única y mágica fue la que vivieron esta joven pareja, que se juro amor eterno frente al altar
TEXTO Y FOTOS: Francisco Muñiz.
Después de un feliz noviazgo de siete años, María Alejandra Martínez Montelongo y Sergio Miguel Garza Ballesteros, unieron sus vidas en matrimonio el sábado primero de junio.
La feliz pareja llego al Templo de Nuestra Señora de Fátima en donde el padre Chuy Pedro Oyervides recibió el cortejo nupcial encabezado por Sergio Miguel y su mamá Hermelinda Ballesteros Resce, seguidos de su papá Raúl Felipe Garza Serna acompañado por Alejandra María Montelongo Cárdenas, madre de la novia, quienes se colocaron en su lugar para observar la entrada de María Alejandra quien entró del brazo de su padre, Carlos Martínez Aguilar hasta el altar.
El padre Chuy Pedro Oyervides bendijo los símbolos matrimoniales que le presentaron los padrinos de los contrayentes: Ana Sofía Garza Ballesteros, de anillos; Rodrigo Martínez Montelongo y Paulina Aguirre Ramos, de arras; José Carlos Martínez Montelongo, de velación y de lazo, Raúl Felipe Garza Ballesteros y Mariana Garza Méndez.
Al término de la ceremonia litúrgica el recién formado matrimonio Garza Martínez se trasladó a La Hacienda Esmeralda en donde dieron la bienvenida a cada uno de sus amigos y familiares que asistieron a compartir con ellos ese día tan especial en sus vidas.
En primera instancia se efectúo la ceremonia civil matrimonial, realizada por la abuelita del novio Hermelinda Resce Magliola quien legalizó la unión de María Alejandra y Sergio Miguel; participaron como testigos de honor sus padres: Carlos Martínez Aguilar, Alejandra María Montelongo Cárdenas, Raúl Felipe Garza Serna y Hermelinda Ballesteros Resce. Como testigos principales del novio firmaron Max Van Aken Quintero y Alejandro Martínez; Natalia Guerrero y Amparo de las Fuentes fueron las testigos de la novia.
Terminada la ceremonia civil los novios y sus padres brindaron con sus familiares y amigos agradeciéndoles su presencia posteriormente entraron al salón con una gran sonrisa saludando a los asistentes, recorrieron la iluminada pista de baile, siendo recibidos calurosamente con los aplausos de sus amigos e invitados.