Necesitamos más Mafaldas en el mundo; niñas curiosas, inquietas, inteligentes y astutas.
Con un sentido del humor muy peculiar, preocupadas y ocupadas por tener un mundo mejor.
Con grandes sueños; como estudiar idiomas y ser intérprete en la ONU para contribuir a lograr la paz mundial y dejar huella en la sociedad.
Niñas que tengan ideales, que se cuestionen la vida y cada paso que se da en ella.
Con gustos definidos, con opinión y voz propia.
Que se distingan de lo ordinario y sobresalgan por cosas extraordinarias. Rebeldes por convicción y decisión. Llenas de ideas, preguntas y respuestas.
Niñas con gran sensibilidad para ver más allá de sus ojos y filosofar de temas con mucho y poco sentido. Que inspiran y ayudan a los demás; sencillas y sin complicaciones.
Y aunque suele ser pesimista en muchas ocasiones, Mafalda está llena de muchas cualidades; de la fe y de los cambios que se pueden hacer para mejorar como seres humanos.
Porque no podemos olvidar y dejar a un lado a un personaje icónico que sigue trascendiendo generación tras generación, que piensa en el valor de las mujeres y le preocupa la situación de ellas, porque confía en que son capaces de alcanzar grandes logros.
Quino, su creador, dejó un gran legado y un montón de frases célebres que nos invitan a la reflexión.
Y aunque su última publicación fue en el año de 1973, el personaje sigue y seguirá vigente gracias a sus muchas formas de presentarnos los problemas de la vida.
“La vida es linda, lo malo es que muchos confunden linda con fácil”
“El problema es que hay más gente interesada que gente interesante”
“¿Que importan los años?, lo que realmente importa es comprobar que, a fin de cuentas, la mejor edad de la vida es estar vivo.”
“¡Paren el mundo, que me quiero bajar!”
“¿Y si en vez de planear tanto voláramos un poco más alto?”
“¿Y no será que en este mundo hay cada vez más gente y menos personas?”
“Lo malo de los medios masivos de comunicación es que no nos dejan tiempo para comunicarnos con nosotros”
“Comienza tu día con una sonrisa y verás lo divertido que es ir por ahí desentonando con todo el mundo”
“En esta familia no hay jefes, somos una cooperativa”
“Como siempre: lo urgente no deja tiempo para lo importante”
“No ando despeinada sino que mis cabellos tienen libertad de expresión”
“Es curioso, uno cierra los ojos y el mundo desaparece”
Mafalda, a sus 57 años, sigue teniendo seis, su sencillez y profundidad la definen y es por eso que deseamos y necesitamos más Mafaldas que nos cuestionen cada día.