Las plantas ofrecen oxígeno, purifican el aire y te relajan, entre otros muchos beneficios. Ahora que estás en casa puedes eligir plantar… en agua
Si te gustan las plantas y quieres llenar de verde tu hogar, elige el hidrocultivo, que es cuando las plantas no necesitan tierra para mantenerse perfectas, solo tener las raíces sumergidas en agua.
Es cierto que no todas las plantas son aptas para esta técnica. Pero sí son muchas las variedades y muy bonitas (incluso con flores) las que pueden reemplazar su tierra por agua.
Plantas como el romero, la menta y la hierbabuena crecen sin problema en agua. Si sumerges una tercera parte aproximadamente de un boniato en agua, saldrán en pocos días sus tallos con unas hojas muy bonitas.
Y lo mismo pasa con el hueso del aguacate. Pínchalo por los laterales con unos palillos y colócalo en un recipiente con agua donde éste se sumerja un poco. Poco a poco comenzará a salir la raíz hacia abajo y la ramita hacia arriba. Posteriormente comenzarán a crecer las hojas.
Otra de las plantas más común en agua son las ramitas de bambú de la suerte, y seguro que ya las has visto más de una vez. Los potos suelen enraizar muy bien en el agua. Las hiedras, la famosa planta del dinero y el espatifilo son plantas ideales para el hidrocultivo.
El recipiente
El recipiente donde sumerjas tu planta debe ser de vidrio o cristal porque este material mantiene mejor el nivel de agua y beneficia al estado de las raíces. Puedes elegir un jarrón, un vaso o una copa, hay recipientes espectaculares en los que tu planta lucirá increíble.
Agua
Lo recomendable es utilizar agua purificada porque no tiene cloro ni cal, pero perfectamente tu planta de agua podría sobrevivir con agua de la llave.
Deja reposar el agua de la llave en una botella 24 horas antes de echarla en el recipiente donde tengas tu planta. De esta forma, eliminas el cloro.
Ten en cuenta que al estar en agua, la planta no puede alimentarse de los nutrientes de la tierra. Por este motivo, la planta necesita unas gotitas de fertilizante líquido en el agua cada veinte días en primavera y verano para darle un aporte extra de nutrientes y para que crezca así sana y fuerte.
Luz
Colócalas en lugares donde vayan a recibir la cantidad de luz natural necesaria.
Renueva el agua
Las plantas de agua, al contrario de lo que pueda parecer, requieren muy pocos cuidados y son muy agradecidas. Es verdad que tendrás que cambiarles el agua, pero con hacerlo una vez al mes será más que suficiente. Solo asegúrate de que el recipiente siempre tenga agua y que las raíces estén sumergidas.
Añade piedras o gravilla al fondo
De esta forma, sus raíces podrán sujetarse en la gravilla y crecerán más estables. Otras, como por ejemplo el bambú de la suerte las necesitarán siempre ya que de no tenerlas, se vencerán hacia un lado.
Si las raíces crecen demasiado…
En caso de que esto suceda y no te guste el aspecto resultante, puedes dividir la planta, quedarte con una parte y plantar la otra en tierra.
Cómo cultivar una planta en agua
Elimina la tierra de la planta. Saca la planta de la maceta y trata de eliminar toda la tierra que tiene incrustada en las raíces con mucho cuidado.
Sumerge la planta en el recipiente, coloca unas piedras al fondo, llénalo de agua y sumerge las raíces de tu planta. ¡Ya tienes tu planta de interior en agua!
Plantas acuáticas
Algunas de las más conocidas son los preciosos nenúfares o los lotos, que son ideales para estanques; el papiro de Egipto, que con sus 2-4 metros de altura es idóneo para tener en maceta o en el borde del estanque, o la carnívora Aldrovanda, muy interesante para tener en recipientes de cristal con agua dulce.
Algunas que tienen más facilidad para crecer en el agua que otras son: Bambú de la suerte, potos, filodendro trepador, singonio, la planta del dinero y aglaonema.