Para muchos maestros o profesores, la parte más importante del trabajo no tiene nada que ver con los habituales cuestionarios o los informes de mitad del curso.
Para muchos maestros o profesores, la parte más importante del trabajo no tiene nada que ver con los habituales cuestionarios o los informes de mitad del curso.
Ése es ciertamente el caso para Katherine Gibson Howton, maestra en la academia de aprendizaje de Reynolds en Fairview, Oregón, según ‘The Huffington Post’. Howton publicó recientemente una foto de un armario lleno de mantequilla de cacahuete, pan, miel, harina de avena, y otros alimentos, en su página de Facebook.
“Casi todos los maestros que conozco tienen un armario en su clase con comida de emergencia para sus hambrientos estudiantes. Los niños entran en nuestra clase todos los días diciéndonos que tienen hambre. Muchos, más que nunca, no dicen una palabra porque se sienten avergonzados, y depende de nosotros notar que están distraídos, cansados, gruñones”, relató la maestra.
Howton continuó explicando que los maestros más “capacitados y compasivos” a menudo llegan a preguntar a sus estudiantes si tienen comida en sus casas, y comprueban que estén comiendo regularmente. Pero no se detienen ahí.
“Los maestros que realmente tienen experiencia saben cuándo hacer un sándwich extra, tomar una naranja, hacer una bolsa de palomitas de maíz o tazón de avena, y ponerle delante de un alumno y decirles que coman”, escribió.
El mensaje de Howton dio un toque de atención a compañeros maestros, padres, y cientos de desconocidos en las redes. Su mensaje y foto fueron compartidos por la página de ‘Love What Matters (Ama lo que importa)’ en Facebook, donde a partir del lunes por la noche había ganado más de 9,700 ‘Me gusta’ y se compartió 1,400.
“Soy un niño que creció necesitando comidas escolares gratuitas. Si no hubieran estado disponibles, no sólo mis hermanos y yo habríamos estado mucho menos saludables, sino que ciertamente no habríamos tenido un buen desempeño en la escuela… generalmente, pasaban muchas horas antes de que pudiera comer otra vez”, se decía en un comentario.
“Nunca olvidaré la amabilidad de mi maestra de primer grado. Yo no tenía el tipo de padres que se aseguraban de que hubiera desayunado, y me sentaba en clase con un estómago revuelto la mayoría de los días”, escribió otro. “Un día fue particularmente notable; durante un descanso ella me llevó al pasillo y me dio galletas de su bolso para que los otros niños no lo vieran”.
El ochenta y cuatro por ciento de los estudiantes en la escuela de Howton, Academia de Aprendizaje de Reynolds califican para almuerzo gratis o reducido. El 20 por ciento provienen de situaciones de vivienda inestables, informa la publicación digital.
“Nunca he visto a un alumno desperdiciar la comida que les doy. Nunca sentí que la comida fuera una distracción. Sentir hambre es tener miedo. Si satisfacen su estómago les hace sentir menos miedo, menos ansiedad, más atención…, todo lo demás se hace más fácil”, dijo la maestra a ‘The Huffington Post’.
La docente Howton le dijo a la web ‘Scary Mommy (Madres Asustadas)’ que escribió ese mensaje en las redes en respuesta al reciente plan del gobierno federal para eliminar el financiamiento de programas para después de la escuela a niños que viven en la pobreza. Ella espera que su mensaje resalte el verdadero problema que existe en muchas escuelas de los Estados Unidos.
“Están cortando la red de seguridad federal, y estamos proporcionando esta red de seguridad invisible que nadie conoce”, le dijo a ‘Scary Mommy’.
Los alumnos en Utah no están exentos de pasar hambre también, datos recientes de ‘Voices to Utah Children (Voces para los niños de Utah)’ revelan que el 37 por ciento de los niños de este estado calificaban para almuerzos gratis o a precio reducido en 2013.