Ser un gran papá es saber usar los manuales a la perfección y darte cuenta que para esto no existe manual.
Es cambiar muchas veces las desveladas y risas con los amigos a desveladas y llantos de los hijos.
Es cambiar el rico olor de una carne asadapor el horroroso olor de cambiar pañales.
Es cambiar una junta importante por el festival de tu hijo quien saldra solo 3 minutos, es irte matando en el tráfico para que con suerte te toque verlo.
Es algunas veces mentirle a tu jefe por poder estar con él en algún momento importante y cuando no puedes hacerlo agradecer por primera vez una video conferencia.
Es a veces aguantar reclamos injustificados por no poder estar presente en un festival de baile porque tienes que trabajar para poder pagarlo.
Es tratar de no decir malas palabras cuando te llaman del colegio porque las dijo él y después regañarlo por decir algo que escuc de ti.
Es llegar muchas veces cansado y desvelado al trabajo no necesariamente por una cruda.
Es ahorrar no para irte de fiesta con los amigos como lo hacías antes si no para poder pagar la fiesta de tus hijos.
Es cambiar las pláticas de carros por pláticas de carriolas.
Es sentirte totalmente responsable de una vida que en realidad no es totalmente tuya.
Pero también…
Ser un gran papá es poder ser infantil sin que nadie te juzgue y sacar ese niño interno que guardas muy en el fondo, es volver a jugar video juegos, luchitas y todo eso que te encanta pero que por la edad dejaste de hacer o bien permitir lo que nunca pensaste dejando que te pinten la uñas o te sientes a toma un té imaginario rodeado de muñecas con tal de verla sonreir.
Es llegar a casa después de una jornada larga a ser recibido como todo un rey por esas personas pequeñas que no importa cuánto tiempo pasan con la mamá, siempre se emocionan más al verte llegar.
Es mirar el reloj y ahora pisar el acelerador del carro no por gusto si no por tratar de llegar y verlos despierto.
Es sentirte orgulloso de que vaya a ser como tú pero después recordar aquella vez que manejaste tan borracho cuando eras joven y esperar a que no haga eso.
Es darte cuenta de que por fin juntaste la cantidad de dinero para ese auto que siempre quisiste y que decidiste gastarlo en colegiaturas y pañales de alguien más.
Es ser abrazado por personitas que no importa cuánto te equivoques o que tan mal hiciste tu trabajo jamás te juzgan y siempre te verán como un súper héroe.
Es también querer ser mejor persona porque ahora eres el ejemplo de alguien más.
Es llorar, casi tan fuerte como llora el cuando hace berrinche, en el momento que corre peligro.
Es saber que puedes arreglar casi todo y por ello es sentir la impotencia más grande que has sentido en tu vida cuando vez que a él no puedes arreglarlo.
Es regresar a Dios cada vez que se enferma.
Es abrazarlo fuerte sin decirle que ese abrazo se lo das porque eres tú quien lo necesita. Porque no importa cuando o cómo llegue, ser un gran papá se resume en ser un gran ser humano.