La época navideña ya no se siente como antes se sentía. Ahora ponemos el pino de Navidad porque diciembre ha llegado al calendario; sin embargo, no necesitamos de una fecha específica para agradecerle a la vida por todas las bendiciones que hemos recibido.
Ahora bien, por tradición diciembre es indiscutible y, por consiguiente, estos son los días del año en los que más gastamos en regalos, presentes y pequeños o grandes obsequios para las personas que amamos o para aquellos con quienes tenemos el interés de mantener una buena relación. Sin duda es una época magnífica para compartir y manifestar cuánto apreciamos a quienes este año, o desde hace tiempo, han formado parte de nuestra vida. Nosotros mismos también somos susceptibles a hacernos uno que otro gesto de cariño: una compra especial o el atuendo que hemos deseado adquirir desde que llegó el invierno. Sin embargo, antes de pensar en un regalo material, quisiera que pensáramos en un regalo que, si bien es más abstracto, abre las puertas de la abundancia y nos permite no solo recibir más, sino apreciar en su plenitud cuánto nos ha sido regalado. Se trata del agradecimiento.
El agradecimiento nos permite hacer las paces con el pasado, valorar el presente y ser optimistas ante el futuro. Nos deja apreciar todo lo que hemos recibido, nos regala gozo y alegrías, y nos amplifica la capacidad de disfrutar y hacernos conscientes.
El 2021 nos trajo secuelas y momentos que nos encantaría borrar de la historia; incluso esos momentos, los más amargos y dolorosos, nos dejaron una enseñanza y es en la medida en que los veamos con nueva perspectiva que sabremos sacarle provecho a una experiencia desagradable.
El agradecimiento nos abre la consciencia para descubrir que hemos sido bañados en bendiciones: familia, amigos, salud, trabajo, oportunidades, inspiración y metas. E incluso, en el caso de que no profesemos ninguna religión o que no seamos tan devotos, saber decir “estoy agradecido” suele ser suficiente y siempre abre puertas y posibilidades.
Agradezco por todos los que nos han acompañado y leído durante estos 12 meses, y gracias por quienes se han ido pero en su paso dejaron grandes enseñanzas.
Agradezco por las lecciones que nos fueron mostradas y por las nuevas responsabilidades que asumimos.
Agradezco por las lágrimas vertidas en soledad y por las risas tumultuosas.
Agradezco por los aprendizajes, gracias por el esfuerzo, por la persistencia que terminó en éxito y por el entusiasmo que nos hizo seguir adelante a pesar de los fracasos.
Agradezco porque, después de dos años de pandemia, aún seguimos aquí festejando una Navidad más.
Vive estas fiestas como si fueran las últimas y no esperes a mañana para hacer esa llamada o visita que tienes pendiente desde hace tiempo atrás.
Y nunca olvides decir “lo agradezco”.
Twitter: @claravillarreal