Un bebe arcoíris | Saltillo360

Un bebe arcoíris

Un arcoíris nace cuando aún hay un poco de lluvia, sin embargo simboliza esperanza y color en medio de un entorno gris.

Este concepto nace en Europa y se extiende rápidamente a los Estados Unidos más bien conocido como “Rainbow Baby”  sin embargo considero que tiene un significado tan verdadero, real y hermoso que es por ello que decidí compartir su esencia.

“La formación del arcoíris se produce en el momento en el que la lluvia o llovizna cesa y las últimas gota de agua existentes en el ambiente o en la atmósfera son traspasadas por delicados rayos del sol naciente. Esta unión hace que se forme un fenómeno óptico que tiene forma de arco y que se compone por la presencia de los siete colores”  (vía Definición ABC).

En la biblia, el arcoíris tiene también un significado muy especial; (Génesis 9:9-17), “Y dijo Dios: Esta es la señal del pacto que yo establezco entre mí y vosotros y todo ser viviente que está con vosotros, por siglos perpetuos: Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por señal del pacto entre mí y la tierra. Y sucederá que cuando haga venir nubes sobre la tierra, se dejará ver entonces mi arco en las nubes. Y me acordaré del pacto mío, que hay entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y no habrá más diluvio de aguas para destruir toda carne.”

Después de la tormenta el sol brillará.

Se le llama “bebé arcoíris” al bebé que se tiene después de haber perdido a otro  ya sea por pérdida involuntaria o después de que nació, vivió y por circunstancias del destino falleció.

Los hijos son insustituibles, cada uno tiene un espacio y lugar especial en nuestra vida; esté o no con nosotros,  por ello un “bebé arcoíris” es el entendimiento de que la hermosura de un arcoíris jamás negará los estragos que dejó la tormenta, de hecho, un arcoíris nace cuando aún hay un poco de lluvia, sin embargo simboliza esperanza y color en medio de un entorno gris.

Aunque el arcoíris aparezca no desaparecerán jamás los estragos tan dolorosos de la tormenta ya que en estos casos esta tormenta  siempre representará a un hijo muy deseado y querido que siempre será parte de nosotros, el dolor no se borra y ese arcoíris no pretende insinuar que la familia ya dejo de lidiar con su duelo, lo que realmente quiere decir es que algo hermoso y lleno de luz ha aparecido en medio de la obscuridad y de tantas nubes.
La tormenta y las nubes seguirán en lo alto pero ese arcoíris nos provee de un balance de color, energía y esperanza que representa la luz en donde hubo o hay tanta tiniebla, representa la esperanza y definitivamente una nueva oportunidad de reencontrarse con uno mismo, de vencer miedos, de valorar, amar y abrazar cada cosa buena que nos manda Dios, es la oportunidad de poder amar sin culpa al “bebé arcoíris” que llegó para demostrarnos una vez más lo fuerte que puede llegar a ser el ser humano.

Jamás se podrá explicar el sentimiento de ver a un nuevo hijo o hija nacer, abrazarlo(a) y tenerlo(a) entre nuestros brazos después de haber despedido en esos mismos brazos la vida de otro hijo, realmente entenderemos y valoraremos siempre el milagro de vida que se nos está regalando.

Algo similar pasa con los papás que después de muchos intentos y alguna pérdida logran recibir a ese “bebé arcoíris” tan deseado(a) entre sus brazos y es que no son los momentos dolorosos los que deben de definir al ser humano, sin embargo son esos momentos los que debemos utilizar como aprendizaje y experiencia para valorar los grandes regalos que se nos presenten en la vida.

No dejemos que la tormenta, por más dolorosa y fuerte que sea, nos impida valorar y admirar la belleza, alegría y grandeza del arcoíris.

nayelipereznegron

Presidenta y fundadora de la Fundación Luchando Por Ángeles Pequeños (LPAP).